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Un dios prohibido
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Un dios prohibido

Un dios prohibido
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2013
  • Dirección: Pablo Moreno
Contenidos: Imágenes (varias V)

Dirección: Pablo Moreno. País: España. Año: 2013. Duración: 133 min. Género: Drama. Interpretación: Íñigo Etayo (Ramón Illa Novich), Jerónimo Salas (Faustino Pérez), Álex Larumbe (Juan Echarri), Luis Seguí (Salvador Pigem), Eneko Capapay (Miguel Massip), Gabriel González (José Figuero), Ricardo del Cano (Atilio), Isaac Israel (Rafael), Guido Agustín Balzaretti (Pablo Hall). Guion: Juanjo Díaz Polo. Producción ejecutiva: Pablo Moreno. Música: Sergio Cardoso. Fotografía: Rubén D. Ortega. Montaje: María Esparcia. Dirección artística: Aránzazu Gaspar. Vestuario: Patricia Azpeleta. Estreno en España: 14 Junio 2013

Reseña:

   Fundada en 2006 bajo el impulso del joven cineasta salmantino Pablo Moreno y del sacerdote Juan Carlos Sánchez —rector del Seminario de Ciudad Rodrigo—, Contracorriente Producciones se ha ido consolidando película a película con sus propuestas de nítida inspiración católica. Después de los cortos “Son de paz” (2006), “Tuercas y tornillos” (2009), “Punto muerto” (2010) y “Alba” (2011), y de los largometrajes “Jesús, el peregrino de la luz” (2006), “Talita Kum” (2007), “Pablo de Tarso, el último viaje” (2009), y “Sheol” (2011) —pendiente de estreno—, la productora da un importante paso adelante con “Un Dios prohibido”, también dirigida por Pablo Moreno y producida esta vez con los Misioneros Claretianos.

   A partir de una rigurosísima documentación histórica, “Un Dios prohibido” recrea uno de los episodios más penosos de la sangrienta persecución religiosa que se desencadenó en el bando republicano durante la Guerra Civil española de 1936-1939. Se trata del martirio, en agosto de 1936, de Florentino Asensio Barroso (Gabriel Latorre), obispo de Barbastro, Huesca; del laico Ceferino Giménez Malla, alias “El Pelé” (Mauro Muñiz) —el primer beato de raza gitana—; y de 51 miembros de la Comunidad Claretiana de Barbastro, la mayoría de ellos, seminaristas muy jóvenes, procedentes de toda España. En concreto, la película relata pormenorizadamente la detención de todos ellos por la célula anarquista que se hizo con el mando de la ciudad, las crueles torturas físicas, psíquicas y morales a las que fueron sometidos durante su corto cautiverio, y finalmente su asesinato a sangre fría y sin ningún juicio previo. Todos ellos fueron beatificados por Juan Pablo II: los claretianos, en 1992, y el obispo y “El Pelé”, en 1997.

   El guionista Juanjo Díaz Polo y el director Pablo Moreno aciertan al tomar como puntos de referencia dos relevantes películas recientes: “De dioses y hombres”, del francés Xavier Beauvois, y “Encontrarás dragones”, del inglés Roland Joffé. De esta manera, “Un Dios prohibido” se centra más en la heroica santidad de los mártires —sobre todo en su amor a Cristo y en su sorprendente capacidad de perdonar— que en el fundamentalismo ateo y en la irracional crueldad de los verdugos, aunque ambas actitudes quedan reflejadas con claridad en la película, sobre todo en la terrible castración, humillación pública y ejecución del obispo de Barbastro. Este enfoque ponderado y nada revanchista, más religioso que denunciatorio, matiza y eleva cada secuencia del sólido guion, de la cuidada puesta en escena y del ágil montaje, y compensa la evidente falta de medios del filme, así como el carácter un tanto amateur de algunas interpretaciones, sobre todo secundarias.(Cope  J. J. M.)