LA RAZÓN, J. M. ALIMBAU (29/09/04) .-
Una apuesta segura:
1. Poseer el don de la fe y
saber amar a Dios y a los hombres.
2. Gozar de un mínimo de salud física.
3. Si uno está limitado –la enfermedad, el dolor, la limitación son los
vecinos más cercanos que tenemos y cualquier día, en cualquier momento, pueden
llamar a nuestra puerta–, hemos de procurar adquirir una vida espiritual fuerte.
4. Estar agarrado a Cristo. Él da sentido a la vida, a la enfermedad y a la
muerte.
5. Gozar de paz interior, que Dios concede a quienes obran la justicia y el
bien.
6. No sentir envidia ni dejarse arrastrar por el egoísmo, sino ser honrado,
desprendido y humilde como san Francisco de Asís.
7. Nunca imitar al «pobre»… que sólo tiene dinero.
8. Tener buenos amigos y una familia acogedora y solidaria.
9. Ser buenos. Abundar en gestos generosos. La bondad cura muchas cosas.
10. No andar inquieto, desasosegado, lleno de ambiciones bastardas.
11. Saber agarrar los cuchillos (dificultades) por el mango; no por donde
cortan.
12. Buscar el lado humorístico de las limitaciones de uno mismo, sonreír a
los demás y ser amable con todos.
13. Que se tenga pan y trabajo, cuando se tiene hambre y se está parado.
Y que los que disfrutan de pan y trabajo tengan hambre de justicia y de
solidaridad.
14. Y por encima de todo, siempre esperar en la Palabra y poder de Dios, y no
en palabras y en poderes de los hombres.