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“El Hombre en el Huracán” (I)

La mayor cúspide a la que el hombre puede arribar es enlazar libremente su vida con la voluntad de Dios

Almudi.org - "El Hombre en el Huracán"Selección de textos recogidos por CitasDeLaCasa.blogspot.com, del libro de Raúl Williams “El Hombre del Huracán”, Centro de Estudios Bicentenario, 3ª Edición, Santiago, 2007

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La mayor cúspide a la que el hombre puede arribar es enlazar libremente su vida con la voluntad de Dios. (Pág. 15)

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Nadie puede permanecer tranquilo mientras no sepa el plan divino previsto para él desde toda la eternidad. (Pág. 15)

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Dios se hace presente en la vida de cualquier persona de modos muy variados y sencillos; a través de un libro, una predicación, un hecho, una amistad o un buen ejemplo. Los golpes de gracia –la hora de la visitación– son suaves, pero claros: una inquietud interior que estremece las inercias y rutinas de la propia vida, haciendo ver lo precario e insatisfactorio de los propios afanes. En una palabra es un deseo vivo de más, más. (Pág. 16)

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La casa es la continuación del vientre materno: lo recibido en ella afectará positiva o negativamente a toda la vida del hijo. (Pág. 18)

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La finalidad humana del sexo es el amor y el fin del amor es el matrimonio. (Pág. 30)

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Si las relaciones prematrimoniales enseñaran a amar, hoy habría más matrimonios estables y duraderos. (Pág. 32)

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El sexo no es una tecla suelta, sino que debe estar armoniosamente inserto en una vida llena de sentido. Y lo que da sentido a la vida no son ni el matrimonio ni el celibato, sino la fe y el amor a Dios. (Pág. 37)

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El único enemigo de la personalidad madura es el egocentrismo. (Pág. 37)

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Hay personas inmaduras tanto para el celibato como para el matrimonio. En los dos casos, la dificultad proviene de la mayor o menor victoria conseguida sobre el egoísmo: quien no sabe negarse está incapacitado para el amor a Dios y para el amor humano. (Pág. 37)