“El mundo de las ideologías” con especial atención al positivismo, el comunismo, el cientificismo evolucionista, el relativismo y la ideología de género
En “Breve historia de Occidente” (Ed. Rialp, 2023, 232 págs.) José Ramón Ayllón nos ofrece lo que el título del libro indica: una síntesis muy lograda de la civilización occidental en formato y extensión perfectamente asequibles a cualquier lector, pero sin merma del rigor y profundidad del relato. Basta ver el índice de la obra para apreciar que Ayllón ha captado con acierto las claves de nuestra civilización, pues los títulos de los ocho capítulos del libro ya exponen por sí mismos cuáles son esas claves: la razón griega (cap. I), el orden romano (cap. II), el Dios cristiano (cap. III), la edad que no fue media (cap. IV), España en América (cap. V), la revolución científica e industrial (cap. VI), la libertad en la guillotina (cap. VII) y el mundo de las ideologías (cap. VIII).
Creo que nadie podría discutir la selección temática de los cuatro primeros capítulos ni del sexto; y que puede suscitar dudas la selección de la temática del capítulo V y de los dos últimos, pues su mera presentación como claves de nuestra historia colectiva implica una cierta interpretación de la actualidad que siempre es más susceptible de opiniones antagónicas. Pero creo que Ayllón justifica de sobra su esquema temático; hay que leer el libro para opinar con fundamento sobre este esquema pues, como es lógico, al acercarnos a nuestra época es donde los temas tratados y su enfoque más inciden en la comprensión del mundo actual y, por tanto, en eventuales valoraciones discrepantes por parte del lector condicionado por apriorismos ideológicos actuales.
De la mano del autor recorremos en los cinco primeros capítulos (págs. 11 a 86) el descubrimiento en la Grecia clásica de la razón como instrumento prodigioso para la reflexión sobre ética y política, el conocimiento sistemático del mundo material (ciencia), la captación de la belleza (estética) y el arte de contar historias (literatura); la gran creación cultural de Roma, el derecho; la aportación cristiana: comprensión del bien y el mal, el sentido de la historia, la trascendencia de la libertad, el valor del trabajo, la familia y la sexualidad y el sentido del sufrimiento y la muerte; y la creación en la mal llamada edad media de una sociedad que abolió la esclavitud, rescató a la mujer de su estado de subordinación total al varón en la antigüedad, creó las universidades y generó la cultura que renovó el arte e hizo posible la revolución científica e industrial que se analiza en el capítulo VI (págs. 127 a 155).
El capítulo V (págs. 87 a 125) es una especie de interludio de especial interés para el lector hispano pues en él el autor reivindica la aventura española en América y aporta claves para valorar su trascendencia histórica en clave de lo que llama “la primera globalización”.
En los dos últimos capítulos se afronta la época de la ilustración y la revolución francesa (cap. VII, págs. 157 a 190) poniendo el acento en su expreso propósito de superación del cristianismo y (cap. VII, págs. 191 a 224) en el mundo actual definido como “el mundo de las ideologías” con especial atención al positivismo, el comunismo, el cientificismo evolucionista, el relativismo y la ideología de género.
Cada capítulo del libro concluye con una selección de algunas obras recomendadas por el autor para profundizar en la historia de la época estudiada. No es mala selección, aunque -como es lógico- sea discutible. En todo caso, los libros recomendados por Ayllón son todos dignos de ser leídos, en mi opinión.
La Breve historia de Occidente de Ayllón es rigurosa y a la vez militante, nada conformista con nuestra época y ajena a todo optimismo basado en el tópico del progreso permanente como paradigma histórico. Pone en valor las claves humanistas de Occidente y también las rupturas con esa tradición que se ponen en marcha a partir de la ilustración del XVIII hasta llegar a nuestra época, preocupantemente definida por el predominio de ideologías rupturistas con la tradición central de Occidente.
Sí se puede criticar que -quizá es tributo obligado a la brevedad querida para este libro- se resaltan de las épocas más creativas de Occidente solo sus aspectos positivos; y de los últimos tiempos, los negativos, sin poner en valor los grandes avances que quizá en el futuro serán valorados con el mismo aprecio con que hoy miramos lo mejor de la antigüedad clásica y de la edad llamada media.
Benigno Blanco en religionenlibertad.com