El «órgano» del cariño es la voluntad: yo quiero porque quiero querer
Pregunta: Llevo siete años casada y tengo dos hijos de cinco y tres años de edad. Yo estoy bien, pero cuando veo en la televisión esos amores tan apasionados y esas decepciones, a veces me planteo si yo no sabré querer, o si no estaré lo suficientemente enamorada, ¡yo no tengo un aparato para medir el amor! ¿Qué es amar?
Lo que a usted le pasa, le está pasando cada vez a más gente. Los programas y revistas del corazón nos están dando una visión del amor como si fuera algo sólo emocional, sentimental, y no es verdad.
Cuando el sentimiento es positivo «cuesta menos querer» y cuando es negativo «cuesta más querer», pero todos los sentimientos – tanto los positivos como los negativos- tienden a amortiguarse.
Uno se lleva una gran alegría y al cabo del tiempo baja esa alegría; uno se lleva un gran disgusto y el sentimiento también tiende a normalizarse. Así son los sentimientos y en el amor sucede lo mismo.
La manera de saber si uno quiere o es querido es tener una respuesta a la pregunta: ¿Yo por quién soy capaz de sufrir y quién es capaz de sufrir por mí?
Hay muchas veces que uno les explica las lecciones a los niños o juega con ellos y esas cosas nos cuestan, es decir, no sentimos ninguna gran alegría por hacer eso y sabemos que son actos de cariño hacia ellos.
Si se «siente» el cariño bien, pero cuando no se «siente», no quiere decir que no se quiera. No olvide que el «órgano» del cariño es la voluntad: yo quiero porque quiero querer, no hay una balanza para medir el amor.
Quizás alguien se sienta extraño porque he dicho que el órgano del cariño es la voluntad. Un bebe no la tiene, luego no puede querer. Puede sentir apego hacia sus padres, pero amar, lo que se dice amar, no puede.
Una persona con una enfermedad de Alzheimer tampoco puede querer, lo hemos comprobado cuando ha muerto algún hijo o padre de una persona con ese padecimiento y no se ha dado por aludido. No tiene voluntad, luego no puede amar. Al no amar, no sufre.
Sin voluntad uno no se puede comprometer. Cómo va uno a comprometerse en función de un estado de ánimo positivo hacia otra persona, si uno no es dueño de sus estados de ánimo.
Uno se puede comprometer en función de algo que dependa de uno: la voluntad es ese algo. Uno con la voluntad puede seguir amando aunque vaya contra los sentimientos.
Actualmente, como se dice con frecuencia que el amor es un estado de ánimo, un sentimiento, la gente se separa porque no siente nada hacia el otro.
Hay que saber que uno tiene que pasar esas travesías del desierto en los amores verdaderos. Va a haber periodos en que uno no siente nada y, sin embargo, puede seguir queriendo, porque con la voluntad puede continuar haciendo actos de amor. Ya pasará. Los sentimientos no son estables, antes o después, cambian.
Las parejas que se separan porque no sienten nada es muy probable que no se hayan querido nunca en realidad. No han sabido lo que es el amor.
Si unas personas se unen para hacer un negocio y no saben lo que es el dinero, lo más probable es que fracasen, por ende, al establecerse una pareja sin saber lo que es el amor es muy probable que fracase.
Antes de comprometerse es muy importante preguntarse si yo o el otro sabemos lo que es el amor.
Si eso no es así, en el momento en que otra persona les provoque un sentimiento más positivo del que me produce mi pareja, dirán que se ha terminado el amor y se separarán. No saben lo que es amar.
Y es que, como decía una antigua canción, con el amor no se juega.
José María Contreras Luzón en eldebate.com