"Evangelizar supone en la Iglesia la parresia de salir de sí misma" [1]
Hoy se hace eco la prensa italiana (ver Avvenire, Corriere della sera, Repubblica) de una primicia periodística −autorizada por su autor− sobre el pensamiento del Obispo de Roma Francisco: el guión de sus palabras en las congregaciones generales previas al cónclave.
Si el cónclave en el que fue elegido el Papa Francisco fue tan breve sin duda se debe, entre otras cosas, al impacto que tuvieron las palabras que pronunció Jorge Bergoglio en las congregaciones generales preparatorias de los cardenales.
«Permítanme que les haga conocer, como primicia casi absoluta, el pensamiento del Santo Padre Francisco sobre esta misión de la Iglesia», explicó el cardenal Jaime Lucas Ortega, arzobispo de La Habana, quien reveló que, tras su intervención en la congregación general de cardenales, le preguntó al cardenal Bergoglio si tenía un texto escrito, pues deseaba conservarlo, lo cual este negó.
A la mañana siguiente, siguió revelando el purpurado cubano, «con delicadeza extrema» le entregó el texto de la «intervención escrita de su puño y letra, tal y como él la recordaba».
Al mismo tiempo recibió la autorización del cardenal Bergoglio para difundir este pensamiento (que al cardenal cubano le pareció «magistral, esclarecedora, comprometedora y cierta»), permiso que volvió a solicitar y recibir durante un encuentro posterior con el ya elegido papa Francisco.
La fotocopia del documento y su transcripción han sido publicadas por Palabra Nueva, revista de la arquidiócesis de La Habana.
Transcripción del texto manuscrito del cardenal Bergoglio:
− Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia.
− “La dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Pablo VI).
− Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.
1. Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresia de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.
2. Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.
3. La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la ‘Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans’, o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.
4. Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de “la dulce y confortadora alegría de la evangelizar”.
Nota
[1] Dice el DRAE sobre "parresia": Figura [retórica] que consiste en aparentar que se habla audaz y libremente al decir cosas, ofensivas al parecer, y en realidad gratas o halagüeñas para aquel a quien se le dicen.
Comenta Rafael Jiménez Cataño sobre este término que, mejor que lo dicho por el DRAE, «se trata de "audacia" o "franqueza", libertad para hablar. Por ejemplo cuando en los ‘Hechos’ (4,31 y otros lugares) se dice que los apóstoles hablaban "con valentía"».