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El Vaticano pide a los políticos católicos que se opongan a los matrimonios homosexuales

Almudi.org. El Vaticano y las uniones homosexuales miércoles, 30 de julio de 2003. Juan Lara (Efe) - Ciudad del Vaticano. El Vaticano ha pedido a los políticos católicos que se opongan a todas las leyes que reconozcan las uniones homosexuales, asegura que éstas son «inmorales» y «nocivas» para la sociedad y que al legalizarlas se expone a los jóvenes a un concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio.     También se ha mostrado contrario ... Almudi.org. El Vaticano y las uniones homosexuales

miércoles, 30 de julio de 2003. Juan Lara (Efe) - Ciudad del Vaticano.

El Vaticano ha pedido a los políticos católicos que se opongan a todas las leyes que reconozcan las uniones homosexuales, asegura que éstas son «inmorales» y «nocivas» para la sociedad y que al legalizarlas se expone a los jóvenes a un concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio.

    También se ha mostrado contrario a las adopciones de niños por parte de estas parejas porque significa someterles a «violencias de distintos órdenes», algo «gravemente inmoral y en contradicción con los principios de la ONU para los niños». La petición la ha hecho en el documento «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales», preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), hecho público hoy por la Santa Sede.

    El documento ha puesto en pie de guerra a grupos homosexuales y partidos políticos laicos, que se manifestaron en contra delante de la plaza de San Pedro al considerarle como el «enésimo e intolerable ataque» de la Iglesia contra los derechos individuales de la persona. El documento ha sido preparado «para proteger y promover la dignidad del matrimonio, fundamento de la familia y la solidez de la sociedad» ante la intención de muchos países de reconocer legalmente las uniones homosexuales, incluso el que puedan adoptar hijos.

    El texto, de gran dureza, subraya que no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías «ni siquiera remotas» entre las uniones homosexuales y el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia. «El matrimonio es santo mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural. Los actos homosexuales cierran el acto sexual al don de la vida, no pueden ser aprobados de manera alguna», afirma la congregación que vela por la ortodoxia católica, que subraya que la homosexualidad es un hecho «desordenado» y su práctica «un pecado grave contrario a la castidad».

    El documento agrega que hay que «desenmascarar» el uso instrumental o ideológico que se puede hacer de la tolerancia hacia los homosexuales y afirmar «el carácter inmoral» de esas uniones y recordar al Estado que pueden poner en peligro el tejido de la moralidad pública. A este respecto añade que estas eventuales leyes pueden exponer a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y el matrimonio y contribuir a la difusión de la homosexualidad.

    Para oponerse al reconocimiento de esas uniones el Vaticano se basa en cuatro puntos: orden racional, orden biológico y antropológico, orden social y orden jurídico. Del primero dice que las legislaciones favorables a esas uniones son contrarias a la recta razón, ya que confieren garantías jurídicas análogas a las del matrimonio entre personas de distinto sexo. A este respecto precisa que hay que distinguir entre el comportamiento sexual como fenómeno privado y como fenómeno público, legalmente previsto, aprobado y convertido en una de las instituciones del ordenamiento jurídico. «La legalización de las uniones homosexuales acabarían de desvalorizar la institución matrimonial», subraya el texto, que en el argumento biológico destaca que estas uniones no están en condiciones de asegurar adecuadamente la procreación o la supervivencia de la especie humana. Añade que la ausencia de bipolaridad sexual crea obstáculos al desarrollo normal de los niños eventualmente integrados en esas uniones, ya que les falta la experiencia de la maternidad o la paternidad.

    En el argumento de orden social afirma que el reconocimiento legal de esas parejas supondrá la redefinición del matrimonio, que pierde su referencia como lugar para la procreación y la educación. «Hay suficientes razones para afirmar que tales uniones son nocivas para el recto desarrollo de la sociedad, sobre todo si aumenta su incidencia efectiva en el tejido social», precisa el texto. Sobre el orden jurídico, el Vaticano afirma que es falso el argumento de que la legalización de esas uniones es necesaria para reconocer los derechos comunes de los que conviven, «ya que todos los ciudadanos pueden recorrer al derecho común para tutelar la situación jurídica de interés recíproca».

(La Razón)