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¿Por qué se frotan las patitas?

¿Por qué se frotan las patitas?

¿Por qué se frotan las patitas?
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2007
  • Dirección: Álvaro Begines

 Dirección: Álvaro Begines Guión: Á. Begines, Miguel Ángel Carmona Fotografía: Juan Carlos Gómez Montaje: J. M. García Moyano Música: Manuel Ruiz, Á. Begines, Raúl Ruiz Intérpretes: Lola Herrera, Raúl Arévalo, Antonio Dechent, Carlos Álvarez-Novóa, Marisol Membrillo Distribuidora: Alta Duración: 105 minutos    

    El protagonista es Lewis, un inteligente chaval de 12 años, abandonado en un orfanato cuando era un bebé y autor ahora de diversos inventos muy ingeniosos. El último y más potente es el Escáner de Memoria, con el que pretende encontrar a su madre biológica y volver a tener una familia, que es su máxima ilusión. 

    Pero, cuando Lewis presenta su invento a un concurso, irrumpe en el lugar un misterioso y delgado hombrecillo con sombrero, y se lo roba. Entonces aparece en su ayuda un chaval también muy misterioso, que lleva a Lewis al futuro y le presenta a su excéntrica y numerosa familia, que le ayudará a recuperar su invento, según ellos, vital para el futuro de la humanidad.

    Esta versión animada de la novela "Un día con Wilbur Robinson", del estadounidense William Joyce, no aporta demasiado al subgénero de viajes en el tiempo, y padece algunas arritmias y confusiones narrativas. Sin embargo, sus subtramas tienen bastante entidad dramática, y desarrollan una atractiva reivindicación de la familia y la solidaridad, cercana a los planteamientos de "Vive como quieras", la espléndida comedia de Frank Capra. 

    Además, este mensaje se encarna con hondura y buen humor en unos personajes muy entrañables también los malvados, diseñados y animados con la brillantez habitual de los estudios Disney. También los fondos son de altísima calidad, al igual que la banda sonora de Danny Elfman. Queda así una excelente propuesta para toda la familia, divertida, a ratos impactante y sorprendente por su interesante tratamiento de fondo.

     Luis, un hombre de mediana edad, cena en Nochevieja con toda su familia. Poco después, su mujer desaparece sin dejar rastro, porque está harta de que no se la valore. Al mismo tiempo, Luis descubre que su madre y su hija, las otras mujeres de su vida, también le han abandonado por motivos desconocidos.

     Debut cinematográfico de Álvaro Begines, uno de los miembros del grupo humorístico-musical. No me pises que llevo chanclas, esos que pusieron de moda la canción Ay, que pena me da que se me ha muerto el canario. Bejines copia al milímetro la fórmula de El otro lado de la cama, esto es, una trama ligera, tirando a ordinaria y chabacana, que sirve para enlazar números musicales, en que actores que no se dedican habitualmente a cantar interpretan famosas canciones de pop español.

 Si el film de Emilio Martínez-Lázaro tenía cierta frescura, a pesar de sus limitaciones, esta imitación de medio pelo hace aguas por todas partes. Las coreografías son pobres, y los actores cantando en playback dan vergüenza ajena. 

    La trama se dispersa en multitud de personajes sin interés y algunas situaciones parecen sacadas de Torrente, el brazo tonto de la ley. Únicamente salva el tipo algún actor de categoría, como Lola Herrera y el omnipresente Antonio Dechent, en la decimocuarta película que ha rodado en el año 2006. Otros, francamente, hacen el ridículo, como Manuel Morón, ceceando y poniendo una voz extraña que no tiene ninguna gracia. (decine21 / Almudí)