Contenidos Imágenes (frecuentes, terror con vísceras V), Imágenes (frecuentes S y X), Diálogos (algunos D)(amor erótico, drogas F)
Reseña:
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aquí Dirección: Marcus Nispel
Intérpretes: Jared Padalecki, Danielle Panabaker, Amanda Righetti, Travis van Winkle, Derek Mears, Aaron Yoo.
Argumento: Damian Shannon (Historia), Mark Swift (Historia), Mark Wheaton (Historia), Victor Miller (personajes)
Guión: Damian Shannon, Mark Swift
Música: Steve Jablonsky
Fotografía: Daniel Pearl
Distribuye en Cine: Paramount
Duración: 100 min.
Género: Terror
La escabechina de siempre Revisitación de la saga de terror creada en 1980 por Victor Miller, de la que llegaron a hacerse nueve entregas nada menos. Jason, el asesino del machete y la máscara de jugador de hockey, es uno de los psicópatas cinematográficos más conocidos.
Ahora revisa sus sangrientas andanzas en Crystal Lake el director Marcus Nispel, conocido por otros remakes, el de La matanza de Texas, y el de El guía del desfiladero. La trama sigue a Clay, que busca en la espesura de los bosques, entre refugios de montaña abandonados, a su desaparecida hermana Whitney.
Le ayuda Jenna, una jovencita de buen ver que con un grupo de amigos se proponen pasar un fin de semana en el campo "de miedo". Por supuesto Jason pulula por ahí, dispuesto a montar una buena escabechina.
Nada aporta la película de Nispel, que se dedica a acumular sustos y escenas de sexo, en una trama donde la lógica es lo de menos, y en que a veces uno no sabe si está viendo un título de terror, o una parodia del género.
A una escena inicial en blanco y negro, a modo de flash-back que explica la "leyenda" de Jason, sigue otro prólogo de excursionistas ávidos de sexo y droga, para, qué original, introducirnos en el cuerpo del film, con más excursionistas ávidos de sexo y droga.
Frases "antólogicas" como la del policía "No tenemos suficientes recursos para buscar a todas las personas desaparecidas", o la repetida como quince veces "¿Ha visto a esta chica?", o la de "Ha sido genial" tras una sesión de sexo, dan idea de la creatividad de los responsables de la película.
Se entiende que se quiera exprimir un filón, pero se agradecería un poquito de respeto al espectador, un esfuerzo mínimo para entregar algo medianamente digerible. (Decine21 / Almudí JD-AC)