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DIES IRÆ

Día de Ira, el día aquel que reducirá el mundo a cenizas; lo atestiguan David y la Sibila.

Cuán grande será el terror, cuando aparezca el Juez para sentenciar con rigor todas las cosas.

La trompeta esparciendo atronador sonido por entre los sepulcros, nos empujará a todos ante Dios.

La muerte se asombrará y la naturaleza cuando se levante la criatura para responder ante su Juez.

Se abrirá el libro, ya completo, en el que todo se halla consignado, para abrir el proceso del mundo.

Así, pues, cuando el Juez tome asiento se revelará todo secreto: nada quedará sin castigo.

Oh Dios de augusta majestad, Candor santísimo de la Trinidad, llámanos a la sociedad de tus Santos. Amén.

QUID SUM MISER

¿Qué he de decir entonces, miserable de mí? ¿A qué abogado recurriré, cuando aun el justo apenas estará seguro?

Oh Rey de terrible majestad, que a los que salvas, salvas por pura bondad: sálvame, Fuente de piedad.

Acuérdate, Jesús piadoso, de que soy causa de tu caminar terreno: no me pierdas en aquel día.

Al buscarme, Te sentaste, fatigado: me has redimido sufriendo en la Cruz: no sea vano tanto trabajo.

Justo Juez de los castigos, concédeme el perdón, antes del día de la cuenta.

Gimo como reo, la culpa ruboriza mi cara: perdóname, Señor, que te suplico.

Oh Dios de augusta majestad, Candor santísimo de la Trinidad, llámanos a la sociedad de tus Santos. Amén.

PECCATRICEM

Tú que absolviste a la pecadora y escuchaste al buen ladrón, también a mí me has dado esperanza.

Mis plegarias no son dignas; pero Tú, oh buen Jesús, sé benigno, para que no arda en el fuego eterno.

Dame un lugar entre tus ovejas y apártame de los cabritos, colocándome a tu derecha.

Rechazados por Ti los malditos, condenados a tremendas llamas, cuéntame entre los elegidos.

Con el corazón deshecho como ceniza, te ruego suplicante y postrado, que tomes en tus manos mi supremo destino.

Día de lágrimas el día aquel, en el que el hombre resucitará de la ceniza, para ser juzgado como reo; por tanto, Señor, perd&oactue;nale.

Oh Dios de augusta majestad, Candor santísimo de la Trinidad, llámanos a la sociedad de tus Santos. Amén.