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El pasado
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El pasado

Le passé
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2014
  • Dirección: Asghar Farhadi

Contenidos: ---

 Dirección y guion: Asghar FarhadiPaíses: Francia eItaliaAño: 2013. Duración: 130 min. Género: Drama.Interpretación: Bérénice Bejo (Marie), Tahar Rahim (Samir), Ali Mosaffa (Ahmad), Pauline Burlet (Lucie), Elyes Aguis (Fouad).Producción: Alexandre Mallet-Guy. Música: Evgueni Galperine y Youli Galperine. Fotografía: Mahmoud Kalari. Montaje: Juliette Welfling. Diseño de producción: Claude Lenoir. Vestuario: Jean-Daniel Vuillermoz. Distribuidora: GolemEstreno en Francia: 17 Mayo 2013. Estreno en España: 16 Abril 2014.

Reseña:
Valiente denuncia del divorcio

   Tras ganar el Premio a la mejor actriz (Bérénice Bejo) en el Festival de Cannes 2013 y optar al Globo de Oro a la mejor película en habla no inglesa y a cinco Premios César —incluido el correspondiente a mejor película—, se estrena en España “El pasado”, la primera película fuera de su país del cineasta iraní Asghar Farhadi (“A propósito de Elly”). 

 

   En ella profundiza en los efectos nocivos del divorcio en los cónyuges y en los hijos, tema que ya afrontó magistralmente hace tres años en la premiadísima “Nader y Simin, una separación”, Oscar, Globo de Oro e Independent Spirit Award al mejor filme en lengua no inglesa, y Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín 2011, donde el conjunto de sus actores y actrices fue también galardonado con el premio a las mejores interpretaciones masculina y femenina.

   Después de cuatro años de separación, el iraní Ahmad (Ali Mosaffa) llega a París desde Teherán, a petición de Marie (Bérénice Bejo), su esposa francesa, una modesta farmacéutica que quiere formalizar el que será su segundo divorcio. Durante su corta estancia, Ahmad descubre la relación conflictiva que Marie mantiene con su hija adolescente, Lucie (Pauline Burlet), fruto de su primer matrimonio. 

 

   La chica no se lleva bien con el actual novio de su madre, Samir (Tahar Rahim), dueño de una tintorería, cuya esposa está en coma profundo y cuyo pequeño hijo Fouad (Elyes Aguis) malvive con Marie, Lucie y Léa (Jeanne Jestin), la hermana pequeña de ésta. Los esfuerzos de Ahmad para intentar mejorar esas complejas relaciones familiares dejarán al descubierto varios secretos dolorosos.

   Quizás “El pasado” se alarga demasiado y carga la mano en el melodrama, cayendo —como ya caía “Nader y Simin, una separación”— en un excesivo fatalismo. Aunque, por otra parte, esa acumulación de desgracias de los personajes es un recurso narrativo muy habitual en el mejor cine iraní. Algunos la considerarán también menos redonda y emotiva que su inmediata antecesora. 

 

   Pero, como ella, tiene una espléndida factura hiperrealista —aunque con poderosas metáforas visuales, que potencian la intriga—, ofrece interpretaciones memorables —especialmente de Bérénice Bejo, Ali Mosaffa y la joven Pauline Burlet— y acierta plenamente al no caer en el maniqueísmo, dando oportunidad a todos los personajes para que expresen sus propias versiones de los conflictos que padecen. 

 

Unos dilemas peliagudos que, con honesta veracidad, muestran la fragilidad humana, el peso de los errores, el lastre del egoísmo, el valor de la verdad..., al tiempo que ponen el dedo en una de las llagas más sangrantes de las sociedades occidentales. Una profunda herida que algunos quieren desdramatizar, presentando el divorcio como algo positivo, sin culpas ni secuelas; pero que, en realidad, genera miles de hijos sin padres, o con madres y padres a trozos, con los consiguientes desajustes afectivos que eso provoca, algunos trágicos, como los que describe “El pasado”.

 

   Por todo lo dicho, hay que poner este nuevo filme de Asghar Farhadi en los primeros puestos de la larga lista de películas que han afrontado el divorcio con valentía desde que el cine es cine, como “Kramer contra Kramer” (1979), de Robert Benton, o la durísima y magistral “Infiel”, dirigida en 2000 por Liv Ullmann a partir de un guion autobiográfico de Ingmar Bergman, que fue pareja de la actriz-directora. 

 

   Esta última película comenzaba así de rotunda: “Nada hay más doloroso y devastador que el divorcio”. Y le permitió a Liv Ullmann concretar la más certera perspectiva del tema: “La víctima resulta ser la niña —reconocía—, la personita que ha sido utilizada en el juego de los adultos, sentada en medio de un carrusel emocional, sin entender cuál es su verdadero papel en la historia”. Un carrusel emocional que, desgraciadamente, cada vez gira más deprisa.(Cope J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS