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Golpe de efecto
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Golpe de efecto

Trouble with the Curve
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Robert Lorenz
Contenidos: Diálogos (algunos D)

Dirección: Robert Lorenz. País: USA. Año: 2012. Duración: 111 min. Género: Drama. Interpretación: Clint Eastwood (Gus Lobel), Amy Adams (Mickey Lobel), Justin Timberlake (Johnny), John Goodman (Pete Klein), Matthew Lillard (Phillip Sanderson), Robert Patrick (Vince), Joe Massingill (Bo Gentry), Scott Eastwood (Billy Clark). Guion: Randy Brown. Producción: Clint Eastwood, Robert Lorenz y Michelle Weisler. Música: Marco Beltrami. Fotografía: Tom Stern. Montaje: Joel Cox y Gary Roach. Diseño de producción: James J. Murakami. Vestuario: Deborah Hopper. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en USA: 21 Septiembre 2012. Estreno en España: 23 Noviembre 2012.

Reseña:

La liga de la vida

   En “Golpe de efecto” (Trouble with the curve) conoceremos a Gus Lobel (Clint Eastwood), quien ha sido uno de los mejores cazatalentos del mundo del béisbol durante décadas, pero, a pesar de sus esfuerzos por esconderlo, su edad empieza a pasarle factura. Gus, que puede decir cómo es un lanzamiento solo por el sonido del bate, se niega a quedarse en el banquillo en lo que podría ser el último trabajo de su carrera. Pero podría no tener elección. Los directivos de los Atlanta Braves empiezan a cuestionar sus opiniones, especialmente con el último fenómeno del país, un bateador que espera a que le convoquen.

   La única persona que podría ayudarle es también la única persona a la que Gus nunca pediría ayuda: su hija, Mickey (Amy Adams), empleada de un importante bufete de abogados de Atlanta, cuyas ganas y ambición le han hecho ascender hasta convertirse en socia. Mickey nunca ha tenido mucho contacto con su padre, que no estaba preparado para ser padre soltero después de la muerte de su esposa. Incluso ahora, en los pocos momentos que pasan juntos, él se distrae fácilmente por lo que Mickey asume que es su primer amor: el juego. A pesar de su buen criterio y de las objeciones de Gus, Mickey acompaña a su padre en su último viaje a Carolina del Norte, poniendo en peligro su carrera para salvar la de su padre. Obligados a pasar tiempo juntos por primera vez en años, los dos descubren cosas nuevas del otro, revelándose historias de hace mucho tiempo sobre su pasado y presente que podrían cambiar su futuro.

   Cuatro años después de protagonizar y dirigir Gran Torino, Clint Eastwood vuelve al campo de la actuación en Golpe de efecto con un papel a su medida y dos debutantes en sus respectivos campos, el guionista Randy Brown y el director Robert Lorenz. En algunos aspectos la trama es políticamente incorrecta para la cultura dominante, pues exalta la veteranía frente a la juventud arrogante, las oportunidades en la tercera edad, o hace bromas con ciertas comidas que bastantes “expertos” considerarían poco saludables.

   Pero sobre todo lo que domina en Golpe de efecto es la idea de que en esta vida, por muy modernos y tecnológicos que seamos, hay que saber ver en los demás personas. Una idea que también asomaba en la muy celebrada Moneyball, que no hay que ver como la otra cara de la moneda, en realidad ambas cintas coinciden en el planteamiento personalista, frente a la prepotencia despiadada que sólo busca eficacia, resultados, trepar. La cinta funciona muy bien gracias a unos personajes perfectamente perfilados, y a un acierto completo en el reparto (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS

   Esta película es una especie de regalo de Clint Eastwood a su íntimo amigo Robert Lorenz, su habitual productor y director de segunda unidad, que debuta aquí como primer director. De modo que los dos amigos han articulado un notable melodrama, familiar y romántico, con un brillante guión del debutante Randy Brown —muy eficaz tanto en sus golpes de humor como en sus numerosos pasajes emotivos— y unas interpretaciones excelentes del trío protagonista y de los estupendos secundarios. “Golpe de efecto” está en la línea de evolución hacia el optimismo del último cine de Clint Eastwood. Un optimismo que, sin ocultar los traumas de los personajes —algunos, muy fuertes—, encuentra razones de esperanza en la capacidad redentora del amor, de la apertura generosa a los demás, tanto en el ámbito familiar como en el afectivo. Muy en la línea de Moneyball, otra buena película reciente sobre béisbol. No son pocos alicientes para los tiempos que corren.(Cope J. J. M.)