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La guerra de Charlie Wilson

La guerra de Charlie Wilson

Charlie Wilson's War
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2008
  • Dirección: Mike Nichols
Dirección: Mike Nichols
Intérpretes: Tom Hanks, Julia Roberts, Amy Adams, Rachel Nichols, Emily Blunt, Philip Seymour Hoffman, Ned Beatty, Erick Avari.
Guión: Aaron Sorkin
Música: James Newton Howard
Fotografía: Stephen Goldblatt
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 97 min.
Género: Biográfico

El juego de Afganistán 

    El veterano Mike Nichols retoma el mundillo de la política estadounidense, diez años después de Primary Colors. Esta vez, adapta un libro de George Crile, que rescata la figura de Charles Wilson, un congresista estadounidense del partido demócrata de medio pelo, más famoso por su escandalosa y desenfrenada vida que por sus iniciativas políticas. 

    Y sin embargo, Wilson tuvo un papel destacado en el apoyo encubierto de Estados Unidos a los muyahidines, de Afganistán, cuando el país fue invadido por tropas de la URSS, en plena Guerra Fría. 

    El film presenta a Wilson justamente así, como un impresentable, aficionado al alcohol, las drogas y proclive a buscarse amantes continuamente. Una de ellas, la millonaria Joanne Herring -teóricamente una fervorosa cristiana, a pesar de que no vive la religión de forma coherente ni mucho menos- convence a Wilson de la necesidad de ayudar a los muyahidines, para parar los pies a los soviéticos, en su afán de expandir el comunismo por el mundo. 

    En su tarea de conseguir financiación para comprar el material que más se adapte a las necesidades de los afganos, Wilson encontrará un valioso aliado, Gust Avrakotos, un poco ortodoxo agente de la CIA resentido con sus superiores. 

    Nichols satiriza a sus personajes, y usa un tono sarcástico que puede irritar a parte del público. Además, se narra con extrema ligereza la licenciosa vida sexual de Wilson y no entra en valoraciones morales cuando narra los puntos más oscuros del protagonista. Por ejemplo, sólo le preocupa haberse drogado porque el entonces fiscal Rudolph Giulianni -conocido por su lucha contra la corrupción- ha iniciado una investigación de sus trapos sucios. 

    Más que a la elegante La cortina de humo, el tono recuerda a las comedias más ácidas de Robert Altman, estilo El juego de Hollywood. Las andanzas de Wilson, en plena conciliación de los intereses de países árabes con Israel, está contada como si fuera una comedia, aunque el espectador se preguntará si realmente algunas de esas cosas ocurrieron de forma parecida a como se muestran en pantalla. 

    Cinematográficamente, es un film de nivel, con réplicas divertidas y grandes actores en los principales papeles. Tanto Tom Hanks como Julia Roberts, casi siempre asociados a personajes honestos, sorprenden en registros diferentes a lo que se espera de ellos. Especialmente brillante es la composición de Philip Seymour Hoffman, nominado con toda justicia al Oscar al mejor secundario, por su modélica composición de Gust, un peculiar agente de la CIA, que se suma a su memorable galería de personajes que casi siempre tiran hacia lo estrambótico. 

    Se trata además de un film que da que pensar sobre la política internacional, se esté de acuerdo o no con las posiciones que claramente defiende: pues la conclusión es que la intervención soterrada en Afganistán fue un factor que tuvo su importancia en la desintegración del Telón de Acero. No es un film plúmbeo, pues al mismo tiempo critica al gobierno estadounidense porque a pesar de haber expulsado a los soviéticos, no invirtió en educación, ni puso medios para evitar el avance de los fundamentalistas religiosos que se hicieron con el poder en Afganistán.

    Hay una larga escena inconveniente a suprimir nada más empezar la película (1' 35''- 4' 40'') donde aparece el protagonista en un night club. Hay además otras imágenes a suprimir (12'-14' 45'' y 57'- 59').  (Decine21/ Almudí RO-AP)