películas
La nostra vita

La nostra vita

La nostra vita
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Daniele Luchetti
Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (falta de referencias trascendentes F)

Dirección: Daniele Luchetti. Países: Italia y Francia. Año: 2010. Duración: 98 min. Género: Drama. Interpretación: Elio Germano (Claudio), Raoul Bova (Piero), Isabella Ragonese (Elena), Luca Zingaretti (Ari), Stefania Montorsi (Loredana), Giorgio Colangeli (Porcari), Alina Madalina Berzunteanu (Gabriela), Marius Ignat (Andrei), Awa Ly (Celeste), Emiliano Campagnola (Vittorio). Guión: Sandro Petraglia, Stefano Rulli y Daniele Luchetti. Producción: Riccardo Tocci, Giovanni Stabilini y Marco Chimnez. Música: Franco Piersanti. Fotografía: Claudio Collepiccolo. Montaje: Mirco Garrone. Diseño de producción: Giancarlo Basili. Vestuario: Maria Rita Barbera. Estreno en España: 26 Abril 2013.

Reseña:

   Jefe de obra en edificios en construcción de las afueras de Roma, Claudio (Elio Germano) está muy enamorado de su mujer Elena (Isabella Ragonese), embarazada de su tercer hijo. La muerte de un vigilante rumano en una de sus obras y una inesperada tragedia familiar alteran la vida sencilla y feliz de Claudio. Para liberarse de la rabia y sobrevivir, huye hacia delante en su trabajo profesional, enredándose en una peliaguda situación económica, de la que intentará salir con el respaldo de su familia y sus amigos, y con su propio amor hacia ellos.

   Este intenso drama del italiano Daniele Luchetti (“La voz de su amo”, “Mi hermano es hijo único”) ganó en 2010 los Premios Donatello a mejor director, actor y sonido, después de ganarle a Elio Germano el premio al mejor actor en Cannes 2010, ex aequo con Javier Bardem por “Biutiful”. Con esta película del mexicano Alejandro González Iñárritu, “La nostra vita” comparte un acercamiento honesto al desconcierto que producen la muerte y el sufrimiento, sobre todo entre personas sin una visión religiosa de la vida. Aquí, el protagonista no acaba de abrirse a la trascendencia, pero al menos intenta abrirse a los demás después de tocar fondo y de gozar de los beneficios de la caridad y el amor. Además, lo hace sin sectarismos partidistas y con un luminoso enfoque ético de su trabajo profesional, especialmente elogiable en estos tiempos de crisis económica, especulación inmobiliaria y explotación de trabajadores ilegales.

   Todos estos temas interesantes se desarrollan a través de una neorrealista puesta en escena, que subraya con acierto los conflictos dramáticos y morales de los personajes, aunque a ratos cae en una cierta confusión narrativa. Todos los actores derrochan naturalidad, especialmente Elio Germano, cuyo trabajo se merece los reconocimientos que ha tenido. Estropea un poco el conjunto su citada falta de trascendencia, así como varias escenas sexuales demasiado explícitas, que rompen el tono reflexivo y ético del filme.(Cope  J. J. M.)