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Las hermanas Bolena

Las hermanas Bolena

The Other Boleyn Girl
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2008
  • Dirección: Justin Chadwick
Dirección: Justin Chadwick
Intérpretes: Natalie Portman, Scarlett Johansson, Eric Bana, Jim Sturgess, Kristin Scott Thomas, Eddie Redmayne, Mark Rylance, Ana Torrent, David Morrissey, Juno Temple.
Guión: Peter Morgan
Fotografía: Kieran McGuigan
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 115 min.
Género: Drama, Histórico

Intrigas palaciegas 

    Es bien sabido que Enrique VIII de Inglaterra se divorció de la española Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena, y que tal hecho supuso la ruptura del monarca con la Iglesia católica, además del inicio de un cúmulo de inestabilidades políticas en el país anglosajón. 

    Pero quizá es menos conocida la existencia de María Bolena, la hermana de Ana, que igualmente fue amante del rey. Su vida ha sido muy olvidada, y ni siquiera se sabe si era mayor o menor que Ana, y aunque se sospecha que tuvo hijos de Enrique VIII, tampoco se conoce el dato con total seguridad. 

    Las relaciones de ambas hermanas con el monarca provocaron una manifiesta tirantez entre ellas y mantuvieron siempre viva su rivalidad. De cualquier forma, cuando la desgracia se abatió sobre la familia Bolena, María fue la única que pudo vivir con cierta tranquilidad retirada lejos de la corte. 

    Esto, grosso modo, es lo que dice la historia. La película, basada en la novela de Philippa Gregory, es otra cuestión. Se permite algunas licencias, probablemente más o menos justificadas -como dar por hecho que María tuvo el hijo varón que el rey buscó toda su vida-, pero sobre todo asienta la trama en la convulsa relación fraternal que existía entre las dos hermanas Bolena. 

    De acuerdo con el guión de Peter Morgan, especializado en "cuestiones de Estado" tras sus libretos de El último rey de Escocia y La reina, Ana era la mayor y ambas se adoraban desde niñas (al igual que a su hermano Jorge) y se contaban todos sus secretos y anhelos. 

    Ana era ambiciosa y desenvuelta, la favorita de su padre, mientras que María es caracterizada como una muchacha mucho más pura, un dechado de dulzura y comprensión. Sus sentimientos chocan cuando el rey elige a María y a partir de ahí se establece un agrio distanciamiento, con sus vueltas y revueltas, pero que a la postre traerá como consecuencia la desgracia. 

    El film es interesante, no cabe duda, aunque sólo sea por el estupendo diseño de producción, con maravillosas localizaciones inglesas de época, y la cuidadísima fotografía de Kieran McGuigan. Quizá puede achacarse que al conjunto le falta entidad argumental, pues no hay otra cosa que el intento de la familia Bolena por medrar en la corte de Inglaterra, para lo cual el cabeza de familia, Sir Thomas, ofrece sin ningún escrúpulo a sus hijas. 

    Tampoco se presta apenas atención a temas políticos, ni a la cuestión del divorcio y la ruptura con Roma, que se despachan en dos o tres planos. Todo se reduce por tanto a las envidias, triunfos y pasiones palaciegas. El resultado de tales cuitas amorosas sería demasiado aburrido y banal, si no fuera porque el director Justin Chadwick ofrece la posibilidad de disfrutar de algunas actuaciones femeninas de altura. 

    Porque, claro está, que no se dude de que ésta es una película de mujeres (y seguramente más para mujeres), pues los hombres -ni siquiera Enrique VIII, con un desaprovechado Eric Bana- tienen muy poco que decir. Tanto Natalie Portman en el papel de Ana, como Scarlett Johansson en el de María, están radiantes y brillan por igual, y también es elogiable la interpretación de la madre, una sufriente Kristin Scott Thomas. 

    Pero hemos de felicitar especialmente a Ana Torrent (Tesis). La actriz española compone, en los pocos minutos de los que dispone, a una impresionante Catalina de Aragón, una reina a la que ella dota de una fortaleza y dignidad propias de una gran dama. 

    No se trata de un film moralizante y mucho menos maniqueo: María Bolena traiciona a su esposo por complacer sexualmente al monarca, y a pesar de su error no se puede decir que no sea una mujer humilde y de buenos sentimientos, capaz de sacrificios, generosidad y perdón.

    Ana es maquiavélica, pero su perversión es fruto de que todos sus principios nobles fueron sistemáticamente machacados por su padre y su abyecto tío, y finalmente es una mujer arrepentida. El único personaje de una pieza, íntegro, sin tacha es Catalina de Aragón, interpretada por Ana Torrent. 

    También es honesta Isabel, la madre de las Bolena, pero se muestra incapaz de actuar al margen de las órdenes de su marido, un hombre mezquino y cobarde, y cuya ambición le impide a ella hacer valer su sentido del bien y la justicia en una sociedad tremendamente machista. El resultado son dos hijas lanzadas al circo de la debilidad humana, carne de cañón de un hombre que confunde la razón de Estado con sus propios caprichos personales. 

    Por otra parte, el tratamiento de la cuestión religiosa, aunque presentado de puntillas, no ofrece ninguna estridencia valorativa tan típica de las actuales películas históricas. Es más, el catolicismo de Catalina parece ser la única posición sólida en medio del vacío de creencias del resto de personajes. Imágenes a suprimir: 34,10 (5'25''). El clima pasional y sensual de la película la hacen desaconsejable. (Decine21 / Aceprensa / Almudí JD-AG).