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Searching for Sugar Man
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Searching for Sugar Man

Searching for Sugar Man
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Malik Bendjelloul
Contenidos: Diálogos (algunos D)

Dirección y guion: Malik Bendjelloul. Países: Suecia y Reino Unido. Año: 2012. Duración: 86 min. Género: Documental, musical. Producción: Simon Chinn y Malik Bendjelloul. Música: Rodriguez. Fotografía: Camilla Skagerström. Montaje: Malik Bendjelloul. Distribuidora: Avalon. Estreno en Suecia: 24 Agosto 2012. Estreno en España: 22 Febrero 2013.

Reseña:

   En 1967, un joven obrero chicano de Detroit, Michigan, bajo el nombre de Rod Riguez, editó el sencillo “I’ll Slip Away” en el pequeño sello Impact. Tres años después, dos productores de estrellas como Marvin Gaye o Stevie Wonder le oyeron cantar en un bar de Detroit, se enamoraron de sus melodías y sus letras conmovedoras, de alto contenido social, y le ficharon para Sussex Records, una filial del sello Buddah Records. Ya con el nombre artístico de Rodriguez, grabó dos álbumes en Sussex: “Cold Fact”, en 1970, y “Coming from Reality”, en 1971. Sus productores creían que Rodriguez iba a ser uno de los grandes de su generación, comparable a Bob Dylan. Pero el éxito nunca llegó, y fue despedido de la discográfica, que cerró en 1975.

   Por esas mismas fechas, el sello australiano Blue Goose Music reedito sus discos y sacó un álbum compilatorio, “At His Best”, que incluía grabaciones inéditas de 1976. Tres años después, el propio Rodriguez realizó en Australia una gira, acompañado por The Mark Gillespie Band. Dos de esos conciertos fueron editados en un álbum exclusivo para Australia, “Alive (Vivo)”. Tras realizar en 1981 una gira final por Australia, con el grupo Midnight Oil, Rodriguez se retiró completamente, en medio de rumores sobre su posible suicidio en el escenario: según unos, pegándose un tiro; según otros, quemándose a lo bonzo.

   Mientras su nombre se perdía en el olvido o la leyenda, unas grabaciones piratas de sus canciones circularon por la Sudáfrica del apartheid, convirtiéndose en un verdadero fenómeno social, hasta el punto de que una de sus canciones, “I Wonder”, fue adoptada como himno de la lucha contra el gobierno segregacionista. En 1991, sin el conocimiento de la familia de Rodriguez, sus álbumes fueron editados en Sudáfrica, por primera vez en CD, convirtiéndose en disco de platino. Poco después, dos fans sudafricanos comenzaron a investigar por su cuenta qué había pasado realmente con su ídolo, del que desconocían incluso su nombre exacto.

   El joven documentalista sueco Malik Bendjelloul conoció la alucinante historia de Sixto Díaz Rodríguez durante un viaje a África en busca de ideas. Y la ha convertido en un excelente documental, ahora nominado al Oscar después de triunfar en Sundance y ganar el Bafta y otros muchos galardones. Ciertamente, Bendjelloul pasa de puntillas por la etapa australiana de Rodríguez y por las relaciones de éste con su esposa, con el fin de potenciar la intriga en torno al cantante y la increíble repercusión de su música en Sudáfrica. Así, a través de jugosas entrevistas, sugerentes recreaciones animadas y valiosas fotografías y filmaciones de archivo, Bendjelloul va desarrollando ambas líneas narrativas, mientras las ilustra generosamente con las magníficas canciones de Rodriguez, muchas de ellas con letras alusivas a los conflictos dramáticos y sociales que se van describiendo, relacionados con los sufrimientos de los sectores sociales más pobres y marginados de las grandes urbes. El hipnotizado espectador queda así preparado para la explosión emocional de la recta final de la película, totalmente arrolladora.

   En definitiva, un documental sobresaliente, que aprovecha hábilmente los recursos del cine de ficción y exalta certeramente la fidelidad a las propias convicciones, el cariño a los hijos y la humildad frente a las tentaciones de la fama. De visión obligatoria para los aficionados al género y para los amantes de la música moderna. (Cope J. J. M.)