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Techo y comida

Techo y comida

Techo y comida

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Dirección y guion: Juan Miguel del Castillo. País:España.Año: 2015. Duración: 90 min. Género:DramaReparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé. Producción: Germán García y Alfred Santapau. Estreno en España: 4 Diciembre 2015. 

Reseña: 

Rocío es una joven madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio por lo que no puede hacer frente a los pagos del alquiler del piso en el que vive. Entre la vergüenza y el temor a perder la tutela de su hijo Adrián, de 8 años, Rocío sufre en soledad una situación de precariedad que empeora cada día. La denuncia del propietario, acuciado también por las deudas, precipitará la amenaza de la orden de desahucio. Una historia conmovedora, tierna y dura al mismo tiempo, tan necesaria como incómoda que pone al descubierto las vergüenzas de un sistema que abandona a las personas. ¿Y a ti quién te rescata?

Durísimo drama social que denuncia la situación de pobreza y desesperación de miles de familias en España. Habla el director sin contemplaciones, alejándose de la ficción lo más posible para retratar con realismo la tragedia de la pobreza, pero no de la carestía de los “pobres” que piden por la calle una limosna y van tirando cada día miserablemente. No. Techo y comida quiere desviar la atención hacia una situación más desesperada, la de miles de personas que poco a poco lo han ido perdiendo todo por culpa de la crisis: el trabajo, el dinero, la alegría, la salud, la dignidad, hasta llegar a carecer de lo más básico.

Quiere hacer ver Del Castillo que la crisis se ceba en los más débiles, en los menos preparados. Es decir, en la mayoría de la población, en gente absolutamente normal que, pese a sus diarios esfuerzos, no logra salir adelante. Es ésta una pobreza más difícil de reconocer y de aceptar, y por eso más trágica: es la carencia de quien va al supermercado y sólo puede comprar pan, la de quien no puede lavarse porque no tiene jabón, la de la madre que ve horrorizada cómo su hijo se desmaya de hambre.

El director demuestra su seriedad a la hora de tratar la cuestión. Por un lado no se distrae con otras líneas narrativas; por otro, lo lleva a cabo con seca sobriedad. Del Castillo es capaz de reconocer que no es todo negrura, que también hay bondad en las personas, en gentes de bien que no miran hacia otro lado ante el sufrimiento. En este punto tampoco esconde el film la enorme y callada labor que realiza la Iglesia por los desfavorecidos, aunque también haya que lamentar una vez más lo que parece ser una obligación en el cine español: dibujar a las monjas como personas grotescas y desagradables. Las interpretaciones son buenas. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ