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Un invierno en la playa

Un invierno en la playa

Stuck in love
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Josh Boone
Contenidos: Imágenes (algunas X), Diálogos (varios D), Ideas (cierta complacencia con divorcios, adulterios y matrimonios en crisis F)

Dirección y guion: Josh Boone. País: USA. Año: 2012. Duración: 97 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Greg Kinnear (Bill Borgens), Jennifer Connelly (Erica), Lily Collins (Samantha), Logan Lerman (Lou), Kristen Bell (Tricia), Nat Wolff (Rusty), Spencer Breslin (Jason), Liana Liberato (Kate). Producción: Judy Cairo. Música: Mike Mogis y Nate Walcott. Fotografía: Tim Orr. Montaje: Robb Sullivan. Diseño de producción: John Sanders. Vestuario: Kari Perkins. Distribuidora: DeAPlaneta. Estreno en España: 14 Junio 2013. Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Reseña:

   Han pasado algunos años desde que el novelista Bill Borgens (Greg Kinnear) se divorciara de Erica (Jennifer Connelly), que ahora vive con otro hombre. Sin embargo, Bill está convencido de que Erica volverá. Ambos tienen dos hijos; Samantha (Lily Collins), que ya está en la Universidad, y que se ha convertido en una joven promiscua; y su hermano menor, Rusty (Nat Wolff), que está enamorado de una chica con problemas (Kristen Bell). Tanto Samantha como Rusty han heredado la vocación literaria de sus padres, y entre los tres existe una cierta competencia.

   El debutante Josh Boone trata de hacer una película con fondo autobiográfico, que refleje el dolor que vivió con el divorcio de sus padres cuando era niño. Así, la película se inscribe en ese subgénero tan posmoderno y frecuente de matrimonios en crisis con hijos adolescentes. A veces, estas películas suponen una dura crítica al modelo sesentayochista, y otras veces esa crítica se suaviza con dosis variables de complacencia. Este es el caso de esta cinta que, aunque busca un final capriano, se mueve todo el rato por paradigmas antropológicos que inevitablemente desembocan en aquello que se quiere criticar.

   Además, la película es muy poco original en su planteamiento, y recoge elementos —¿o tópicos?— de filmes como “Los descendientes” (en su trama de adulterio e hijas adolescentes), “Una historia del Bronx” (padres confusos que aconsejan mal a sus hijos) o “Amor y letras” (en su contexto de mundos literarios), por citar solo algunos ejemplos. Está bien dirigida, se deja ver, tiene puntos de interés…, pero pesa demasiado su aire de “dejá vú”. (Cope J. O.)

Está claro que hay licencias enormes, como los simples diálogos entre William y sus hijos (de una explicitud, que en la realidad serían imposibles), los desahogos sexuales, y en general la insolente procacidad y el desenfado sensiblero con que ocurre todo (desde los enamoramientos, hasta las muertes, el final frente al pavo de Acción de Gracias e incluso la surrealista llamadita de Stephen King). Decine21, LEER MÁS