Recogerse en oración

Como hoy no ha tenido lugar la celebración de Santa Marta en lugar de la Homilía facilitamos un texto del Papa para la oración

Domingo, 21 de julio de 2019

En el texto de este domingo, el evangelista Lucas narra la visita de Jesús a casa de Marta y de María, las hermanas de Lázaro (cfr. Lc 10,38-42). Ellas le reciben, y María se sienta a sus pies para escucharlo; deja lo que estaba haciendo para estar cerca de Jesús: no quiere perderse ninguna de sus palabras. Todo se deja de lado porque, cuando Él viene a visitarnos a nuestra vida, su presencia y su palabra son antes que cualquier otra cosa. El Señor nos sorprende siempre: cuando nos ponemos a escucharlo de verdad, las nubes se desvanecen, las dudas ceden el puesto a la verdad, los miedos a la serenidad, y las diversas situaciones de la vida encuentran su justo lugar. El Señor siempre, cuando viene, arregla las cosas, también a nosotros.

En esta escena de María de Betania a los pies de Jesús, san Lucas muestra la actitud orante del creyente, que sabe estar en presencia del Maestro para escucharlo y ponerse en sintonía con Él. Se trata de hacer una pausa durante la jornada, recogerse en silencio, unos minutos, para dejar sitio al Señor que “pasa” y encontrar el valor de permanecer un poco “aparte” con Él, para volver luego, con serenidad y eficacia, a las cosas de todos los días. Alabando el comportamiento de María, que «ha escogido la mejor parte» (v. 42), Jesús parece repetirnos a cada uno: “No te dejes dominar por las cosas que hacer, sino escucha ante todo la voz del Señor, para realizar bien las tareas que la vida te asigna”.

Luego está la otra hermana, Marta. San Lucas dice que fue ella la que invitó a Jesús (cfr. v. 38). Quizá Marta era la mayor de las dos hermanas, no lo sabemos, pero claramente esta mujer tenía el carisma de la hospitalidad. Pues, mientras María está escuchando a Jesús, ella está apurada por los muchos servicios. Por eso Jesús le dice: «Marta, Marta, tú te afanas y te agitas por muchas cosas» (v. 41). Con estas palabras Él no pretende condenar la actitud de servicio, sino más bien el afán con que a veces se vive. También nosotros compartimos la preocupación de Santa Marta y, con su ejemplo, nos proponemos hacer que, en nuestras familias y comunidades, se viva el sentido de la acogida, de la fraternidad, para que cada uno pueda sentirse “en casa”, especialmente los pequeños y los pobres cuando llaman a la puerta.

Así pues, el Evangelio de hoy nos recuerda que la sabiduría del corazón está precisamente en saber conjugar estos dos elementos: la contemplación y la acción. Marta y María nos señalan el camino. Si queremos saborear la vida con alegría, debemos asociar estas dos actitudes: por una parte, “estar a los pies” de Jesús, para escucharlo mientras nos desvela el secreto de cada cosa; por otra, ser primorosos y dispuestos en la hospitalidad, cuando Él pasa y llama a nuestra puerta, con el rostro del amigo que necesita un momento de descanso y de fraternidad. Hace falta esa hospitalidad.

Que María Santísima, Madre de la Iglesia, nos dé la gracia de amar y de servir a Dios y a los hermanos con las manos de Marta y el corazón de María, para que permaneciendo siempre en escucha de Cristo podamos ser artesanos de paz y de esperanza. Y esto es interesante: con esas dos actitudes seremos artesanos de paz y de esperanza.

ANGELUS. Domingo, 21 de julio de 2019