Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • ¿Existe una bioética cristiana?

Noticias antiguas

¿Existe una bioética cristiana?

  • Imprimir
  • PDF
El sacrificio del fuerte debe ser a favor del más débil

TemesDaVui.org

El tiempo de crisis para la bioética que predijo Edmund Pellegrino, profesor emérito de Medicina y Ética Médica y Profesor Adjunto de Filosofía en la Universidad de Georgetown, ha llegado. La bioética ha entrado en una profunda crisis después de pasar por unas etapas de rápido desarrollo y aceptación.

En los años 80 se difunden y crean los Comités de ética asistencial y de investigación. Paralelamente surgen las Comisiones y Comités a nivel nacional y local de expertos en Almudi.org - Isabel Viladomiubioética, nombrados por los propios gobiernos, para asesorar a los políticos en cuestiones “bio”, que indica lo que está en juego, la vida humana.

También han proliferado Institutos, Observatorios y Asociaciones de Bioéticas que trabajan y elaboran informes con criterios muy dispares en lo que es núcleo central de la bioética: los derechos fundamentales y la dignidad humana.

La propuesta de despenalización del aborto ha reabierto un debate de profundo calado bioético que deja al descubierto la crisis a la que hacía referencia Pellegrino. Los informes elaborados por el Comité de Bioética de España, de la Generalitat de Cataluña y el Instituto Borja corroboran con sus dictámenes la voluntad bioética de apoyar al Gobierno en sacar el aborto del Código Penal, de hacer de un delito un derecho de la mujer.

La bioética ya no defiende la vida del hombre, le van más y mejor las nuevas libertades y los nuevos derechos. El comité de Bioética de España, en su reciente informe sobre el aborto, ha reconocido por primera vez que la vida humana se inicia en la fecundación, pero ante esta declaración científica, le sigue la ceguera de corazón para no conceder ni valor, ni derechos al ser humano concebido y no nacido.

La bioética nació para defender al hombre con las armas de la razón, el diálogo y la búsqueda de la verdad. El aborto no tiene nada de razonable, eliminar a un hijo es irracional. El diálogo se ha convertido en un enfrentamiento y en descalificación del contrario. La búsqueda de la verdad se ha quedado atrapada en una red de verdaderas mentiras.

La bioética, siento decirlo, es ahora ideología al servicio de intereses políticos o científicos. No tiene un ápice de verdadera, ha perdido su esencia por el camino. Nació para defender al hombre y se ha vuelto contra él.

Aunque las nuevas tecnologías han ayudado a identificar en el no nacido a un ser humano son muchos los que utilizan los nuevos conocimientos para discriminar a los fetos enfermos, para seleccionar embriones, en pocas palabras para ejercer la eugenesia en los más débiles y ejercer un dominio extremo con la fecundación in vitro en los laboratorios.

La biotecnología ha ayudado a enfermar más nuestras mentes, pues ya Hipócrates, sin biotecnología a su servicio, se comprometió a no dar veneno abortivo reconociendo la humanidad del no nacido, algo que hoy pocos bioéticos quieren hacer.

No existe una bioética cristiana, existen distintas maneras de interpretar quién es sujeto de derechos humanos fundamentales, siendo primordial el derecho a la vida. Con la despenalización del aborto unos seres humanos no serán protegidos por la ley rompiendo el principio de igualdad y de justicia, será el criterio arbitrario por semanas de desarrollo 12, 14 ó 22 lo que hará del no nacido un ser merecedor de respeto. Esto es relativismo, no cristianismo.

La bioética que fundamenta su postura en la existencia real de una vida distinta de la de la madre, merecedora de respeto desde la fecundación, sería una bioética personalista, que reconoce a un sujeto poseedor de derechos por ser humano, que pertenece a nuestra especie y debe ser respetado, no matado. Esta es una evidencia científica y razonable, que la nueva ley del aborto oscurecerá más.

El cristianismo enseña siempre que el sacrificio del fuerte debe ser a favor del más débil, de la madre por la vida de su hijo, del sano a favor del enfermo. Nos enseña que hay actos que nos ennoblecen y otros que siempre nos denigran, se apoya en los deberes más que en los derechos, que siempre reconoce en el otro.

El aborto, la eliminación deliberada de un ser humano inocente, no cabe bajo una orientación cristiana, es una postura antagonista y pagana. El límite de la libertad cristiana siempre está en el reconocimiento del no nacido como un prójimo merecedor de todos los respetos y cuidados, nunca entrará en el peligroso juego de los criterios de temporalidad, ni de viabilidad. El cristiano conoce la realidad y la respeta, no se vale del cristianismo para sus propios intereses ideológicos.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • María en la tradición protestante La inquietud, una manera de encontrarse con la sabiduría ignorada de María
    Blanca Camacho Sandoval
  • La libertad humana, don de un Dios que es Padre (en torno a una homilía San Josemaría Escrivá)
    Mónica Codina
  • El mal moral y la persona humana
    Eudaldo Forment Giralt
  • Cultura escolar y resistencias al cambio
    Joaquín Paredes Labra
  • ¿Por qué el hombre occidental se odia a sí mismo?
    Rémi Brague
  • El concilio ecuménico Vaticano II: características de la recepción de un concilio singular (VaticanoII_II)
    Joaquín Perea González
  • El concilio ecuménico Vaticano II: características de la recepción de un concilio singular (I)
    Joaquín Perea González
  • La inculturación de la fe, desafío para una educación cristiana de calidad
    José María Barrio Maestre
  • Catolicismo y conquista del nuevo mundo. Función, apogeo y decadencia
    Felipe Pérez Valencia
  • El problema de la debilidad del espíritu
    Rafael Alvira
  • La ignorancia responsable en Aristóteles
    Mario Spangenberg Bolívar
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad