películas
10.000

10.000

10,000 B.C
  • Público apropiado: Todos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2008
  • Dirección: Roland Emmerich
Dirección: Roland Emmerich
Intérpretes: Camilla Belle, Steven Strait, Cliff Curtis, Omar Sharif, Reece Ritchie, Suri van Sornsen.
Guión: Roland Emmerich, Harald Kloser
Música: Harald Kloser, Thomas Wanker
Fotografía: Ueli Steiger
Distribuye en Cine: Warner
Duración: 109 min.
Género: Aventuras

Los cazadores de mamuts 

    El alemán Roland Emmerich es uno de los reyes del blockbuster, desde que se instaló en Hollywood a principios de los 90. Algo tendrá este director cuando le bendicen, pues lo cierto es que no ha tenido ningún batacazo y alguno de sus trabajos, ha sido todo un acontecimiento para las taquillas. 

    Y lo que tiene Emmerich es una habilidad innata para vender lo que rueda, y un sentido del espectáculo que compensa bastante sus defectos narrativos y sus frecuentes momentos surrealistas, estilo presidente de los Estados Unidos al frente de sus tropas en un caza -en su mayor éxito, Independence Day-, o el movimiento de emigración de Estados Unidos a México de El día de mañana. 

    Así debe tomarse 10.000, un cómic de lujo que irritará a quienes se lo tomen demasiado en serio, pero que ofrece momentos muy vistosos, al jugar la baza de los efectos especiales de vanguardia, que ofrecen unos mamuts que parecen de carne y colmillos. El título español resulta confuso, pues no se sabe muy bien si hace referencia a 10.000 guerreros, como en 300, pero a lo bestia. 

    En realidad se refiere al año 10.000 antes de Cristo. Uno se pregunta si la obsesión por el laicismo en la España actual ha provocado que los distribuidores tengan miedo de que aparezca la palabra Cristo en el título, y ése es el auténtico motivo de que rebautizaran así un film que originalmente se llama 10.000 B.C. 

    Tiene muchos puntos en común la película con la mucho más redonda Apocalypto, que debió estrenarse cuando el propio Emmerich y el hasta ahora compositor Harald Kloser, ya tenían cerrado el guión y el proyecto estaba muy avanzado. En ambos filmes, un grupo de indígenas lleva una existencia idílica, dedicados a la caza. Hasta que unos guerreros de una civilización superior asolan su aldea y capturan a varios de los habitantes. 

    En este caso, D'Leh, joven cazador, encabeza una expedición de rescate, pues los captores se han llevado entre otros a su amada Evolet, una joven que presenta un rasgo inédito entre los suyos, pues tiene los ojos azules. 

    La prehistoria de Emmerich, en la que caben hasta pirámides egipcias, es tan fantasiosa que se parece mucho más al mundo mágico de Conan, el bárbaro que a En busca del fuego, que junto al principio de 2001: una odisea del espacio, es hasta la fecha la mejor de las pocas incursiones cinematográficas en los albores de la humanidad. 

    También tiene puntos en común con Stargate, del propio Emmerich, en la que unos hombres prehistóricos convivían con civilizaciones más avanzadas y donde el espectador acababa aceptando cualquier elemento fantasioso. Quizás el error de Emmerich en esta ocasión es que no muestra sus cartas desde el principio, por lo que no acaba de funcionar del todo que de repente aparezcan unas monstruosas aves, unos villanos que usan barcos y son de una era distinta a los protagonistas, e incluso elementos de brujería. 

    Y todo eso a pesar de que sus hombres de las cavernas, de estética rastafari, no resultaban del todo convincentes. El cine se toma muchas licencias en sus películas históricas, a veces sin un mínimo de rigor histórico. Aún así, en cintas como Gladiator, el espectador pone mucho de su parte para suponer que está en la antigua Roma. No ocurre así en este caso, en el que a partir de un punto del metraje deja de ser por completo una cinta prehistórica. 

    Se aprecia un esfuerzo del director -y coguionista- por darle cierto fondo a un relato, que gira en torno al sacrificio en aras del amor, y que acierta al plantearse que los avances técnicos mal utilizados no dan lugar a una civilización mejor necesariamente, sino que eso depende de la finalidad con la que se utilicen. En cualquier caso, que el público sepa que lo que va a ver son secuencias tan apabullantes como la cacería inicial.  (Decine21  / Almudí JD-AC)