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Al encuentro de Mr. Banks
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Al encuentro de Mr. Banks

Saving Mr. Banks
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2014
  • Dirección: John Lee Hancock

Contenidos: ---

Dirección: John Lee HancockPaíses: USA y Reino Unido.Año: 2013. Duración: 125 min. Género: Biopiccomedia dramáticaInterpretación: Tom Hanks (Walt Disney), Emma Thompson (P.L. Travers), Colin Farrell (Travers Goff), Paul Giamatti (Ralph), Jason Schwartzman (Richard Sherman), Bradley Whitford (Don DaGradi), Ruth Wilson (Margaret Goff), Rachel Griffiths (tía Ellie), Kathy Baker (Tommie), B.J. Novak (Robert Sherman). Guion: Kelly Marcel y Sue Smith. Producción: Ian Collie, Alison Owen y Philip Steuer. Música: Thomas NewmanFotografía: John Schwartzman. Montaje: Mark Livolsi. Diseño de producción: Michael Corenblith. Vestuario: Daniel Orlandi.  Distribuidora: The Walt Disney Company SpainEstreno en USA: 20 Diciembre 2013.Estreno en España: 31 Enero 2014. 

Reseña:

      Coinciden en la cartelera dos películas importantes que muestran sendas formas de entender la vida profesional y el éxito en los negocios. En “El lobo de Wall Street”, el único objetivo de la vida es el dinero y el placer; la consecuencia es la autodestrucción. Por el contrario, “Al encuentro de Mr. Banks” propone un camino en cuyo centro está el valor de la persona. Ambos filmes se enmarcan en la creciente moda del “biopic”, que ha hecho desfilar en los últimos tiempos versiones fílmicas de la vida —o parte de ella— de personajes tan variopintos como la Reina Isabel II de Inglaterra, Margaret Thatcher, Diana de Gales, Marilyn Monroe, Hanna Arendt, Camille Claudel, Lincoln, Mandela, Grace Kelly o Jordan Belfort, el corrupto broker neoyorquino, cuya autobiografía ha inspirado “El lobo de Wall Street”. Por su parte, “Al encuentro de Mr. Banks” se centra en un episodio de la vida de la escritora australiana Pamela L. Travers (Emma Thompson), autora de la popular novela juvenil “Mary Poppins”, que publicó con gran éxito en 1934. Recrea sobre todo las dos semanas de 1961 en que ella se trasladó a Hollywood para negociar la venta de los derechos de esa obra a Walt Disney (Tom Hanks).

   Pamela es una mujer de carácter muy británico, estirada, llena de manías y complejos, que odia el modo de vida americano, Hollywood y, muy en especial, los dibujos animados. Walt Disney encarna todo eso que ella odia, pero no deja de ser un caballero, y va a tener que emplear todas sus dotes para convencer a la antipática señorita Travers de que le deje hacer un musical de su relato. En realidad, la gran baza narrativa del filme son los “flashbacks” en los que no sólo entendemos la gestación literaria de “Mary Poppins”, sino que comprendemos el alma atormentada de esa mujer, sus heridas y miedos. Precisamente en ese terreno de los afectos inconfesos y recuerdos recurrentes es en el que Disney va a encontrar los aliados necesarios para ganarse a esta imposible mujer.

   Lo mejor de la película es el tono: desenfadado, pero no frívolo; fresco, pero no superficial; cómico, pero sin perjudicar el dramatismo de los “flashbacks”. El director texano John Lee Hancock (“The Rookie”, “El Álamo”), ya había tenido que bregar con el drama en “The Blind Side” (“Un sueño posible”), una historia de acogida familiar muy emotiva, aunque sin excesos melodramáticos, que le valió a Sandra Bullock el Oscar a la mejor actriz. También el éxito de este nuevo esfuerzo hubiera sido imposible sin el excelente trabajo de Emma Thompson, Tom Hanks y Paul Giamatti, esta vez secundario. Colin Farrell está correcto, pero no deja de ser un personaje subordinado. Resulta injusta la ausencia total de estos actores en las nominaciones a los Oscar, aunque el trabajo de Emma Thompson ha sido reconocido con candidaturas al Globo de Oro y al Premio Bafta. Sí opta al Oscar la espléndida banda sonora de Thomas Newman, que se completa con varias versiones fragmentarias de las maravillosas canciones de Richard M. y Robert B. Sherman para “Mary Poppins”.

   El resultado es una tragicomedia interesante, agradable, muy agradable, y que en el fondo el espectador interioriza como un excelente homenaje a esa película inmortal de nuestra infancia que es “Mary Poppins”, y a una caballerosa forma de entender la vida. Aunque el objetivo de Walt Disney es conseguir sus propósitos empresariales, nunca pasa por encima de la persona; al contrario, se apoya en ella hasta convertirla en su mejor aliada. J. O. (“Alfa y Omega”). (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

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