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Amor y otras drogas

Amor y otras drogas

Love and Other Drugs

Contenidos: Diálogos (frecuentes D), Imágenes (frecuentes S, X), Ideas (erotismo, amoralidad, vida sin sentido F)

Reseña:

Año de producción: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Edward Zwick
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Anne Hathaway, Katheryn Winnick, Judy Greer, Hank Azaria, Oliver Platt, Gabriel Macht, Jaimie Alexander, George Segal, Jill Clayburgh
Argumento: Jamie Reidy (libro "Hard Sell: The Evolution of a Viagra Salesman")
Guión: Edward Zwick, Charles Randolph, Marshall Herskovitz
Música: James Newton Howard
Fotografía: Steven Fierberg
Distribuye en Cine: Fox
Duración: 112 min.
Género: Comedia, Romántico, Drama

Zwick hace el rídículo en una película a la que le va como al pelo lo de ¿por qué llamarlo amor si es sólo sexo?

   Jamie es un joven egocéntrico y ambicioso, de gran éxito con las mujeres, aunque con el complejo de no saber agradar a sus padres. Dispuesto a ganar dinero como sea, se convierte en visitador del laboratorio farmacéutico Pfizer, una profesión muy lucrativa que le permite seguir centrado en su ocupación favorita: pensar única y exclusivamente en sí mismo. Hasta que conoce a Maggie, una joven con Parkinson en estado 1, en una de las clínicas que frecuenta. Al principio el juego es de un ligoteo más, pero puede que esté asomando a la puerta el amor.

   Para sorpresa de propios y extraños, Edward Zwick abandona el cine épico y se sumerge en una confusa mirada a la necesidad del amor que experimenta todo ser humano. Su fuente para el guión es el libro de Jamie Reidy "Hard Sell: The Evolution of a Viagra Salesman", donde el autor cuenta sus experiencias reales como viajante de Pfizer y vendedor de Viagra, el célebre fármaco para disfunciones sexuales. Zwick conduce al espectador a través de un largo "viaje", donde la meta del amor es algo reduccionista, y las etapas del trayecto poco nítidas en lo moral y escasamente atractivas.

   Domina en el film la visión hedonista del sexo, como mero juego para entretener la soledad y el hastío vital. Y aunque se reconoce que el sexo sin amor no es nada -o muy poco-, las bromas y la mirada frívola al sentido de la vida, que traspasan todo el metraje, llevan a que la reflexión sobre el sacrificio por el ser amado ante la enfermedad resulte impostada.

   La cinta se encuadra dentro de una categoría de películas que hacen bien en señalar a una sociedad "enferma"  pero falta de fundamentos éticos, y profundamente incoherente. La cinta es un recital erótico que urga en la basura (Decine21 / AlmudíJD). LEER MÁS

 

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