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Aprendiz de gigoló

Aprendiz de gigoló

Fading gigolo
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2014
  • Dirección: John Turturro

Contenidos: Imágenes (varias X), Diálogos (varios D), Ideas (amoralidad, hedonismo, prostitución F)

Dirección y guion: John TurturroPaíses: USA y FranciaAño:2013. Duración: 90 min. Género: ComediaInterpretación: John Turturro (Fioravante), Woody Allen (Murray), Vanessa Paradis (Avigal), Liev Schreiber (Dovi), Sharon Stone (Dra. Parker), Sofía Vergara (Selima). Producción: Jeffrey Levy-Hinte, Paul Hanson y Bill Block. Música: Abraham Laboriel y Bill Maxwell. Fotografía:Marco Pontecorvo. Montaje: Simona Paggi. Diseño de producción:Lester Cohen. Vestuario: Donna Zakowska. Distribuidora: DeAPlaneta. Estreno en USA:18 Abril 2014. Estreno en España: 30 Abril 2014.

Reseña:

   Murray (Woody Allen) es un neurótico judío neoyorquino que acude con frecuencia a la consulta de su bella dermatóloga, la doctora Parker (Sharon Stone). Un día, ésta le manifiesta su deseo de realizar un trío con su amiga Selima (Sofía Vergara) y un hombre de verdad. Acuciado por su desesperada situación financiera, Murray le dice que conoce al hombre perfecto para satisfacer su deseo: su amigo Fioravante (John Turturro), un tipo corriente y más bien gris, que regenta una floristería en Brooklyn. Tras una dura negociación, Murray convence a Fioravante para que ambos prueben suerte en la prostitución masculina, Fioravante como gigoló y Murray como su “representante”. El “negocio” marcha viento en popa hasta que la estricta comunidad judía de Murray toma cartas en el asunto. Además, Fioravante se enamora de una de sus clientas.

   Después de escribir y dirigir “Mac”, “Illuminata”, “Romance & Cigarettes” y “Passione”, el actor neoyorquino John Turturro da continuidad a su carrera tras la cámara con “Aprendiz de gigoló”, una disparatada tragicomedia al más puro estilo de Woody Allen, con el que Turturro ya había trabajado en “Hannah y sus hermanas”. Todo en ella es woodyallenesco: sus perplejos y solitarios personajes, sus obsesiones sexuales, su fascinación por las calles neoyorquinas, su sarcástica caricatura de los ambientes judíos ultraortodoxos, sus incisivas críticas sociales, su reparto de lujo, la chispeante ligereza de sus diálogos, los magníficos temas de jazz de la banda sonora…

   En la primera media hora, esa fórmula decanta en unas cuantas situaciones divertidas y certeras en su aparente crítica al desmelenado hedonismo que describen. Pero, poco a poco, el guion va perdiendo perspectiva ética, se muestra demasiado complaciente con la inmadurez de los protagonistas y acaba acumulando situaciones y diálogos obscenos, sin demasiada progresión dramática y sin un objetivo claro. Queda así una película fallida, bien dirigida e interpretada —dentro de un asumido histrionismo—, pero cuya evolución hacia el melodrama existencial y sensiblero rompe demasiado el tono esperpéntico del arranque, y cuya superficialidad acaba resultando bastante irritante.(Cope J. J. M.) Almudí JD /Decine 21: LEER MÁS