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Asier y yo

Asier y yo

Asier eta biok
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Amaia Merino y Aitor Merino
Contenidos: Diálogos (muchos D)

Dirección y guion: Amaia Merino y Aitor Merino. País: España. Año: 2013. Duración: 93 min. Género: Documental. Producción: Ainhoa Andraka, Amaia Merino, Aitor Merino y Gabriela Calvache. Música: Alex Alvear y Alicia Alemán. Fotografía: Aitor Merino. Montaje: Amaia Merino. Distribuidora: Splendor Films. Estreno en España: 17 Enero 2014.

Reseña:

   El donostiarra Aitor Merino y el navarro Asier Aranguren son amigos íntimos desde la infancia. El primero se afincó en Madrid hace años, y se ha labrado una carrera como actor a través de películas como “Historias del Kronen”, “Horas de luz” o “Te doy mis ojos”. Mientras tanto, Asier ingresó en la banda terrorista ETA, fue detenido en el sur de Francia, pasó ocho años en una prisión parisina —entre 2002 y 2010—, y ahora vive en Pamplona y fue detenido la semana pasada en la operación contra el frente de ''makos'' de ETA. Ambos defienden la autodeterminación del País Vasco, pero sólo Asier legitima la violencia de ETA como necesaria en el camino hacia su consecución. Para intentar entender su posición y hacerla comprender a sus amigos madrileños, Aitor Merino ha rodado este documental, su primer largometraje tras la cámara.

   El propio Merino se rueda a sí mismo cámara en mano, mientras relata al espectador la historia de su amistad con Asier Aranguren, ilustrada con fotos y filmaciones antiguas, fragmentos de telediarios y declaraciones del propio Asier y de sus familiares, amigos y correligionarios. El resultado es narrativamente fresco y entretenido —nunca frívolo, aunque sí muy malhabado—, y se beneficia de un tono ponderado y decididamente crítico con la violencia, tanto de ETA, como del GAL o de quien sea. En este sentido, tienen mucha fuerza algunas situaciones, como una cena de Nochevieja durante la que la madre de Asier le reprocha duramente su actitud comprensiva respecto a ETA o un diálogo íntimo entre Aitor y Asier, en el que éste no acaba de desvelarle si ha asesinado o no.

   Sin embargo, el elogiable afán de Aitor Merino por tender puentes resulta incómodo por su cierta equidistancia entre ETA y los GAL, por mostrar a Asier como una persona normal, sacrificada y cariñosa, y, sobre todo, por su cierto olvido de las víctimas de ETA, que no tienen otra voz en la película que las fotografías de sus cadáveres. En fin, que se agradece el esfuerzo conciliador y dialogante de Aitor Merino, y su afán por huir del maniqueísmo y las simplificaciones ideológicas. Pero se queda corto en su intento, y nada y guarda la ropa demasiado respecto al nacionalismo vasco en general, de modo que probablemente su película no agrade ni a los abertzales ni a los españolistas.(Cope J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS