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Cisne negro

Cisne negro

Black Swan

Contenidos: Imágenes (varias V), Imágenes (varias S, X), Diálogos (varios D), Ideas (,moralidad ambigua y maniquea, lesbianismo, mutilación F)

Reseña:

Año de producción: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Darren Aronofsky
Intérpretes: Natalie Portman, Mila Kunis, Winona Ryder, Vincent Cassel, Janet Montgomery, Toby Hemingway, Sebastian Stan, Barbara Hershey
Guión: Andres Heinz, Mark Heyman, John J. McLaughlin
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Libatique
Distribuye en Cine: Fox
Duración: 102 min.
Género: Drama, Thriller

El papel de su vida
Una hermosa historia echada a perder por la sordidez


   “Cisne negro” narra la historia de Nina, una bailarina de una compañía de ballet de la ciudad de Nueva York cuya vida, como la de todos los de su profesión, está completamente absorbida por la danza. Nina vive con su madre, Erica, una bailarina ya retirada que apoya con entusiasmo la ambición profesional de su hija. Cuando el director artístico Thomas Leroy decide sustituir a la bailarina principal en la nueva producción de la temporada, “El lago de los cisnes”, Nina es su primera elección. Pero Nina tiene competencia: una nueva bailarina, Lily, que también ha impresionado gratamente a Leroy.  “El lago de los cisnes” requiere una bailarina que pueda interpretar tanto al Cisne Blanco, con inocencia y elegancia, como al Cisne Negro, que representa la astucia y la sensualidad. Nina se adecua perfectamente al papel del Cisne Blanco, pero Lily es la absoluta personificación del Cisne Negro. Mientras la rivalidad entre las dos jóvenes bailarinas va transformándose en algo más que una encrespada relación, Nina empieza a conectar con su lado más oscuro, con una temeridad tal que amenaza destruirla.

   Intensa película sobre el mundo de la danza, aunque muchas de sus ideas pueden aplicarse a cualquiera de las bellas artes. El guión incide en el cariz obsesivo que pueden cobrar unas legítimas aspiraciones profesionales de llegar a lo más alto. Obsesión que gana en intensidad con la sombra de una madre frustrada, que quiere realizarse en su "niña", y con los métodos de trabajo de Thomas. Aquí prevalece el planteamiento de que para componer el cisne negro es necesario rebuscar en la parte más oscura de uno mismo, "explorando" en la propia sexualidad y "dejándose llevar". Esta doble influencia conforman en Nina un cóctel verdaderamente explosivo.

   Darren Aronofsky dirige con inusitado vigor, una energía que se palpa en las elaboradas escenas del propio ballet, así como en el dinámico montaje de imágenes y sonido, pero el  guión es un horrible gatuperio mezcla de un trasfondo freudiano verdaderamente irrisorio, constantes idas y venidas surrealistas y puro psicologismo enrevesado:  todo se construye sobre una historia que no deja de ser irreal y poéticamente macabra.

    Los logros artísticos de la cinta se ven seriamente dañados por los agotadores efectismos visuales a los que recurre Aronofski y, sobre todo, por su radical tratamiento psicoanalítico de los personajes, que le lleva a la inclusión de confusos insertos oníricos a lo David Lynch y a un morboso regodeo en la enfermiza degradación de la protagonista, que incluye automutilaciones, lesbianismo y otras lindezas. Este enfoque, moralmente ambiguo y maniqueo, resta veracidad y cercanía a los personajes, que acaban convertidos en especímenes de un sórdido museo de los horrores, cuya turbia belleza sólo provoca repulsión y lástima, por más que suene a gran volumen la magistral música de Pyotr Ilyich Tchaikovsky. Probablemente, sin la gran interpretación de la actriz principal no sería destacable esta película. (Decine21 / La Gaceta / Almudí JD). LEER MÁS