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Crónicas diplomáticas
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Crónicas diplomáticas

Quai d’Orsay
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Bertrand Tavernier

Contenidos: Imágenes (algunas S)

Dirección: Bertrand Tavernier. País: FranciaAño: 2013. Duración: 113 min. Género: Comedia.Interpretación: Tierry Lhermitte (Alexandre Taillard de Worms), Raphaël Personnaz (Arthur Vlaminck), Niels Arestrup (Claude Maupas), Bruno Raffaelli (Stéphane Cahut), Julie Gayet (Valérie), Anaïs Demoustier (Marina), Thomas Chabrol (Sylvain), Thierry Frémont (Guillaume van Effentem). Guion: Christophe Blain y Abel Lanzac. Producción:Frédéric Bourboulon y Jérôme Seydoux. Música: Philippe Sarde. Fotografía: Jérôme Alméras. Montaje: Guy Lecorne. Diseño de producción: Sibilla Patrizi. Vestuario:Caroline de Vivaise. Distribuidora: GolemEstreno en Francia: 6 Noviembre 2013.Estreno en España: 4 Abril 2014.

Reseña:

   El veterano cineasta lionés Bertrand Tavernier (“Alrededor de la medianoche”, “La vida y nada más”, “Capitán Conan”, “Hoy empieza todo”, “Salvoconducto”) debuta en la comedia con esta divertida pero irregular sátira política, que adapta la premiada novela gráfica de Christophe Blain y Abel Lanzac, convertida en guion por ellos mismos. La película ganó los Premios FIPRESCI y al mejor guion en el Festival de San Sebastián 2013, así como el Premio César al mejor actor secundario (Niels Arestrup).

   Alexandre Taillard de Worms (Thierry Lhermitte) es el hiperactivo Ministro de Asuntos Exteriores de Francia. Alto, atractivo y carismático, vive aferrado a su libro de citas de Heráclito, del que ha extraído tres principios diplomáticos básicos —legitimidad, unidad, eficacia—, que aplica en cualquier situación. Así recorre como un torbellino los despachos y pasillos del Quai D’Orsay, atacando con igual contundencia a los neoconservadores estadounidenses, a los corruptos rusos y a los codiciosos chinos, convencido de que así consolida su candidatura para el Premio Nobel de la Paz. 

   Un día, contratan al joven Arthur Vlaminck (Raphaël Personnaz) para redactar los discursos del ministro. Vlaminck comprueba enseguida lo difícil que es seguir el ritmo caótico del ministro, torear su errática susceptibilidad y encajar las puñaladas que le dan sus propios colegas. Menos mal que está al quite de todo Claude Maupas (Niels Arestrup), el sufrido e infatigable Jefe del Gabinete.

   Blain y Lanzac firman un guion agilísimo, que se inspira en la figura de Dominique de Villepin, Ministro de Asuntos Exteriores y del Interior con Jacques Chirac entre 2002 y 2005, y Primer Ministro de Francia de 2005 a 2007. Despliegan así una implacable caricatura de la obsesión por el poder, la ineficacia de la burocracia, la mediocridad de tantos políticos y el importante papel de los anónimos funcionarios que deben apagar los fuegos generados por sus jefes. 

   Seguramente su visión no se ajusta plenamente a la realidad, pero depara momentos muy hilarantes, en los que se luce el sobresaliente reparto, dentro del premeditado histrionismo de sus interpretaciones. También brilla el propio Tavernier, cuya desmelenada puesta en escena imita el tono paroxístico del cómic fragmentando muchísimo el montaje de los chispeantes diálogos —que parodian los de la serie televisiva estadounidense “El ala oeste de la Casa Blanca”— y recurriendo con frecuencia al “slapstick” de trompazos y efectismos visuales, tan característicos del cine mudo.

   Con todo esto queda un esperpento divertido y grato de ver, pero que pierde chispa precisamente por sus excesos visuales y verbales, y por la enorme ligereza con que afronta sus importantes temas de fondo. En este sentido, se nota la inexperiencia de Bertrand Tavernier en el género. Probablemente, otro director más curtido en la comedia hubiera transformado el guion de Blain y Lanzac en una película mucho más sólida y rotunda.(Cope J. J. M.) (Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS