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Cuando éramos soldados
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Cuando éramos soldados

We Were Soldiers
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2003
  • Dirección: Randall Wallace
Contenidos S(Imágenes: 13:35-14:38 y 24:57-25:21)

Reseña:

Dirección: Randall Wallace
Intérpretes: Mel Gibson, Madeleine Stowe, Greg Kinnear, Sam Elliott, Chris Klein, Barry Pepper, Keri Russell, Duong Don, Ryan Hurst
Guión: Randall Wallace
Música: Nick Glennie-Smith
Fotografía: Dean Semler
Distribuye en DVD: Sogepaq
Duración: 138 min.
Género: Bélico

El lado humano de la guerra

    Tras el revisionismo a que ha sido sometido el tratamiento fílmico de la Segunda Guerra Mundial (Salvar al soldado Ryan y La delgada línea roja sumaban, a la seguridad del cine de antaño de que se combatía por una causa justa, el a veces obviado horror de cualquier guerra), le toca el turno a la Guerra de Vietnam. 

    Acostumbrados a personajes tarados, sobre los que pesan mil y un traumas, sorprende gratamente Cuando éramos soldados, una película que viene a recordar que el comportamiento heroico es posible en cualquier conflicto bélico. Incluso en aquél cuyas motivaciones de fondo son discutibles. 

    El material perfecto para este nuevo punto de vista lo proporciona "We Were Soldiers Once. and Young", libro escrito al alimón por el teniente general ya retirado Harold G. Moore y el corresponsal de guerra Joseph L. Galloway. Ambos fueron protagonistas de una acción de guerra en la Zona de Rayos X, en el valle de Drang, y plasmaron sobre el papel su experiencia y la de los hombres con los que combatieron. 

    Randall Wallace, guionista de Braveheart y Pearl Harbor, y que había dirigido la entretenida El hombre de la máscara de hierro, filma con aplomo su historia, y la insufla de un tono épico. Sin ocultar el horror -algunas escenas bélicas son sencillamente espeluznantes-, calan en la humanidad de sus compañeros, en su heroísmo cotidiano. 

    Los soldados son personas normales, con familia, que rezan y aman, que se esfuerzan por vivir el espíritu de las viejas virtudes castrenses. Esto no quita para que haya muerte y destrucción por doquier (se menciona expresamente la masacre que sufrió el general Custer, como referencia), o momentos en que los nervios se rompen. Pero se evita el sadismo que se había convertido en "marca de la casa" del subgénero vietnamita. Humanizar no significa dulcificar o suavizar el infierno bélico. Es dar la "foto" completa. (Decine21 / Almudí BDP)