películas
Death Race (La carrera de la muerte)

Death Race (La carrera de la muerte)

Death Race
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2009
  • Dirección: Paul W.S. Anderson
Contenidos Imágenes (frecuentes V+) Imágenes (frecuentes S, alguna X), Ideas (futuro de maldad sin esperanza F)

Reseña:

Para leer la reseña haced clic aquí: Decine21


Corriendo por la libertad 

    El tricampeón de velocidad Jensen Ames es todo un experto a la hora de sobrevivir en el desértico paisaje en el que se ha convertido el país. Cree haber cambiado de vida, pero el ex convicto es acusado de un terrible crimen que no ha cometido. La alcaidesa de Terminal Island le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, un favorito del público al que parece imposible matar, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda. 

    Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentándose a los peores criminales procedentes de las cárceles más duras del país si quiere salir libre. 

    Al volante de un monstruoso coche armado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas, este hombre desesperado será capaz de destruir todo lo que se interponga en su camino para ganar el juego de masas más retorcido de la tierra. 

    La película tiene su inspiración en la cinta de los años setenta: La carrera de la muerte del año 2000. Más que un remake, Death Race es una nueva visión de las carreras de coches llenas de violencia. Lo que sí tienen en común es la visión crítica de la sociedad del momento, aunque ésta se realice de forma superficial. En el caso de Death Race, el blanco de los ataques está en los reality-shows televisivos. El programa presenta la carrera como si de un videojuego se tratase, con la diferencia de que en pantalla se están jugando la vida seres humanos. 

    Los amantes de películas como A todo gas, disfrutarán con este título, ya que, como cabe esperar, los coches desempeñan un papel fundamental. Como toda película de coches que se precie, Death Race no sólo cumple con el requisito de la velocidad, sino también con el de la aparición de chicas sexys ligeras de ropa. 

    Paul W.S. Anderson carga las tintas en el apartado violento. La película no es apta para todos los públicos y más de uno tendrá que bajar la cabeza en algún punto del film. El responsable de Resident Evil muestra un futuro oscuro lleno de maldad, reflejada no sólo en los convictos, sino también en la arpía que gobierna la prisión y que encarna Joan Allen. Aún así, hay un resquicio para la esperanza. (Almudí JD-AC)