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El amor en los tiempos del cólera

El amor en los tiempos del cólera

Love in the Time of Cholera
Dirección: Mike Newell
Intérpretes: Javier Bardem, Benjamin Bratt, Giovanna Mezzogiorno, Unax Ugalde, Liev Schreiber, John Leguizamo, Alicia Borrachero, Fernanda Montenegro, Catalina Sandino Moreno, Hector Elizondo.
Guión: Ronald Hardwood
Música: Antonio Pinto
Fotografía: Alfonso Beato
Distribuye en Cine: Aurum
Duración: 138 min.
Género: Drama

Te querré siempre 

    Las novelas más reconocidas del Nobel colombiano Gabriel García Márquez son, sobre todo, Cien años de soledad, y también Crónica de una muerte anunciada, por su importancia en la literatura hispanoamericana. Y sin embargo, El amor en los tiempos del cólera es su obra más emotiva. También es una novela más adaptable al cine que los dos títulos citados, por lo que había generado grandes expectativas esta versión del británico Mike Newell, director de Cuatro bodas y un funeral, que ha demostrado cierta pericia para llevar libros a la pantalla, con Un abril encantado, Donnie Brasco y Harry Potter y el cáliz de fuego. 

    El cineasta tenía posibilidades de romper la paradoja de que a pesar de que García Márquez estudió cine y ha sido guionista, no ha tenido mucha suerte cuando se han pasado sus mejores trabajos al cine, pues se puede decir que como mucho se salva El coronel no tiene que le escriba, de Arturo Ripstein. 

    El guionista sudafricano Ronald Harwood (que también ha adaptado La escafandra y la mariposa) se ha esforzado por seguir linealmente la novela y condesar en dos horas y veinte un libro de 500 páginas. Como es bien sabido, el libro narra la historia de amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza, a lo largo de unas seis décadas. 

    Un jovencísimo Florentino, empleado del servicio de correos, descubre a Fermina cuando acude a su casa a entregarle un telegrama a su padre. Inspirado por el amor que siente hacia ella, le escribe unas cartas sinceras, extensas y apasionadas, que logra entregarle en la clandestinidad. Gracias a ellas, logra ganarse su corazón, pero el padre sueña con casar a Fermina con un joven de buena familia, y un empleado de correos le parece ‘poco’ para ella. Cuando se entera de la relación, decide llevarse lejos a su hija. Florentino mantendrá encendida la llama del amor con la ayuda del telégrafo. 

    No es tan fiel sin embargo el film en cuanto al tono. García Márquez usa aposta en esta novela todos los recursos de los folletines decimonónicos, que funcionan con brillantez en clave de realismo mágico. Captar esa forma única del escritor de hacer pasar por ordinario lo extraordinario es bastante difícil para un director que no sea hispanoamericano, y Mike Newel se queda bastante lejos. De esta forma, lo que queda, a ratos parece un culebrón televisivo. 

    Newell ha contado con un presupuesto que le permite una convincente recreación del final del siglo XIX y principios del XX. Cuenta con buenos técnicos, y sobre todo, con un prometedor reparto internacional, reunido por su colaboradora habitual, la veteranísima Susie Figgis, prima del director Mike Figgis. Quien haya leído la novela convendrá en que algunos de los intérpretes van al pelo con sus personajes. 

    Destaca la colombiana Catalina Sandino Moreno, como Hildebranda, la prima de la protagonista; la brasileña Fernanda Montenegro, que encarna a la madre de Florentino Ariza; Liev Schreiber, director de la oficina de telégrafos; y la española Alicia Borrachero, en una breve intervención como la tía de Fermina. La primera actriz, la italiana Giovanna Mezzogiorno, realiza un correcto trabajo, con la dificultad añadida de que interpreta a su personaje a lo largo de los años, de adolescente a anciana, con ayuda de una buena labor del departamento de maquillaje. 

    Por contra, desentona el actor Javier Bardem, en una interpretación forzada, que llega a resultar esperpéntica, y que supone el mayor lastre de la película. Su personaje debe parecer un romántico enamorado, algo estrafalario, pero como sobreactúa, parece una especie de ‘freak’. Mike Newell ha fracasado en este sentido en su faceta de director de actores, al dejar que su estrella se le descontrole por completo. Resultan especialmente llamativas las secuencias de Bardem con sus amantes, que siguen su línea histriónica, dando lugar a los peores momentos del film. 

    Subyacen, al menos, algunos temas presentes en la novela original, sobre la evolución de los seres humanos a lo largo del tiempo, y que supone una exploración del amor en sus diferentes fases. Contrapone los encuentros promiscuos de Florentino con amantes que nunca jamás llegarán a hacerle feliz, con la vida plena que vive Fermina, casada con un hombre íntegro, con el que tiene hijos, y que a pesar de algún problema y una grave crisis matrimonial, le hace feliz. Y apuesta decididamente por el romanticismo, al mostrar a un personaje enamorado para siempre. 

    Si ya es difícil de adaptar al cine el realismo mágico que García Márquez introduce en sus novelas, es misión casi imposible controlar la desmesura melodramática que impulsa El amor en los tiempos del cólera. La colorista pluma del premio Nobel colombiano todavía arranca jirones de autenticidad a tan histérico argumento. Pero ni el guionista sudafricano Ronald Harwood (El pianista, Oliver Twist), ni el director inglés Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral), ni el excelente equipo técnico logran dotar a esta versión de un mínimo de hondura dramática y moral. 

    Y mucho menos Javier Bardem y Giovanna Mezzogiorno, dominados por un chirriante histrionismo, a ratos muy incómodo. Sólo Únax Ugalde, en la piel del hiperromántico Florentino adolescente, y Benjamin Bratt, que encarna con convicción al marido de Fermina, débil pero íntegro, aportan unas bocanadas de verdad a este culebrón espeso y malsano, recargado, además, por la reiterativa sucesión de patéticos encuentros sexuales de Florentino con sus cientos de amantes. (Decine21 / Aceprensa / Almudí JD-ES)