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El atlas de las nubes

El atlas de las nubes

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  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
  • Dirección: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski
Contenidos: Imágenes (varias V, algunas X), Ideas (el guión presenta un envoltorio new age que sugiere una especie de transmigración de las almas o un alma única compartida por todos a lo largo de la historia. Esta unidad cósmica, que recuerda al eterno retorno nietzscheano, ofrece una trascendencia sin Dios, un más allá de la muerte real, pero abstracto  F)

Dirección: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski. País: USA. Año: 2012. Duración: 172 min. Género: Ciencia-ficción. Interpretación: Tom Hanks (Dr. Henry Goose / Manager del hotel / Issac Sachs / Dermot Hoggins / actor / Zachry), Halle Berry (mujer nativa / Jocasta Ayrs / Luisa Rey / invitada a la fiesta hindú / Ovid / Meronym), Jim Broadbent (capitán Molyneux / Vyvyan Ayrs / Timothy Cavendish / músico coreano), Hugo Weaving (Haskell Moore / Tadeusz Kesselring / Bill Smoke / Noakes / Boardman Mephi / viejo Georgie), Jim Sturgess (Adam Ewing / huésped del hotel / padre de Megan / Highlander / Hae-Joo Chang / cuñado de Adam/Zachry), Doona Bae (Tilda / madre de Megan / mujer mexicana / Sonmi-451 / Sonmi-351 / prostituta), Ben Whishaw (grumete / Robert Frobisher / dependiente / Georgette / miembro de la tribu), James D’Arcy (joven Rufus Sixsmith / viejo Rufus Sixsmith / enfermero James / archivista), Susan Sarandon (madame Horrox / Ursula Mayor / Yusouf Suleiman / abadesa), Hugh Grant (reverendo Giles Horrox / pesado del hotel / Lloyd Hooks / Denholme Cavendih / Seer Rhee / jefe Kona). Guion: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski; basado en la novela de David Mitchell. Producción: Stefan Arndt y Grant Hill. Música: Tom Tykwer, Johnny Klimek y Reinhold Heil. Fotografía: John Toll y Frank Griebe. Montaje: Alexander Berner. Dirección artística: Uli Hanisch y Hugh Bateup. Vestuario: Kym Barrett y Pierre-Yves Gayraud. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en USA: 26 Octubre 2012. Estreno en España: 22 Febrero 2013.

Reseña:

    Famosos por su saga de “The Matrix”, los hermanos estadounidenses Andy y Lana (antes Larry) Wachowski se unen al alemán Tom Tykwer (“Corre Lola, corre”, “El perfume: historia de un asesino”) para adaptar la novela homónima del escritor británico David Mitchell, publicada en 2004. La peripecia argumental —con claros ecos de autores con vetas filosóficas, como Haruki Murakami o Philip K. Dick— nos ofrece una filosofía de la historia bastante inconsistente a través de seis tramas entrecruzadas. Cada una de esas tramas ocurre en una época diferente, desde principios del siglo XIX hasta un futuro post-apocalíptico, y en lugares diversos, que van de Asia a California. Los personajes repiten intérprete y a veces nombre, y así encontramos con que casi todos los actores tienen entre cuatro y seis papeles diferentes: Tom Hanks, Halle Berry, Jim Broadbent, Susan Sarandon, Hugh Grant, James D’Arcy, Hugo Weaving, Jim Sturgess, Doona Bae, entre otros.

   Los Wachowski vuelven a sentirse cómodos en un planteamiento muy similar al de “Matrix”: una sociedad definida por unas élites que tienen el poder, y un gran colectivo de esclavos que sueñan secretamente con su liberación. Se trata de una concepción postmarxista, en la que la lucha de clases ya no tiene que ver con el poder económico, sino con el poder ideológico, el pensamiento único, que en una de las tramas futuristas del filme, se llama Unanimidad. Como ya hiciera Griffith con la cuestión de la intolerancia en su filme homónimo, los directores de “El atlas de las nubes” ofrecen un montaje paralelo para mostrarnos esa esclavitud ideológica en distintos momentos de la historia, y la lucha de unos pocos elegidos por liberar a los oprimidos y darles a conocer la verdad. A esta “filosofía de la historia” interesante, pero poco original, se añade un envoltorio new age que sugiere una especie de transmigración de las almas o un alma única compartida por todos a lo largo de la historia. Esta unidad cósmica, que recuerda al eterno retorno nietzscheano, ofrece una trascendencia sin Dios, un más allá de la muerte real, pero abstracto, como un “estado” o “conocimiento”, ajeno a cualquier tipo de teísmo. El resultado es una obra tediosa, con indudables momentos de interés, pero fundamentalmente pretenciosa.( Cope J. O.)