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El cielo es real
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El cielo es real

Heaven is for real
  • Público apropiado: Todos-jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Randall Wallace

Contenidos: Imágenes (56'44''-57'13'' S)

Dirección: Randall Wallace.País:USAAño: 2014. Duración: 99 min. Género:DramaInterpretación:Greg Kinnear (Todd Burpo), Kelly Reilly (Sonja Burpo), Thomas Haden Church (Jay), Connor Corum (Colton), Lane Styles (Cassie), Margo Martindale (Nancy), Jacob Vargas (Michael). Guion: Randall Wallce y Christopher Parker; basado en el libro “Heaven is for real: A little boy’s astounding story of his trip to Heaven and back”, de Todd Burpo y Lynn Vincent. Producción: Joe Roth y T.D. Jakes. Música: Nick Glennie-Smith. Fotografía:Dean Semler. Montaje: John Wright. Diseño de producción: Arvinder Grewal.Vestuario: Michael T. Boyd. Distribuidora:Sony Pictures Releasing de EspañaEstreno en USA: 16 Abril 2014. Estreno en España: 19 Junio 2014. 

Reseña:

   Más de 6 millones de ejemplares en 35 idiomas —45.000 de ellos en las seis ediciones aparecidas en España— se han vendido del libro “El cielo es real. La asombrosa historia de un niño de 4 años que visitó el cielo”, escrito por el pastor metodista estadounidense Todd Burpo y su compatriota la periodista Lynn Vincent, a partir de las reales experiencias místicas del pequeño hijo del primero. 

 

   Y casi 100 millones de dólares lleva recaudados su homónima adaptación fílmica, una de las sorpresas de la temporada, que confirma el auge en todo el mundo del cine de temática religiosa.

 

   Licenciado en Teología en 1991 y ordenado en 1994, en 2003 Todd Burpo (Greg Kinnear) era pastor de la iglesia Crossroads Wesleyan en la pequeña localidad de Imperial, Nebraska. Allí dirigía una pequeña empresa de puertas de garajes, y era voluntario de los bomberos, miembro de la junta escolar y entrenador de lucha grecorromana. 

 

   Vivía con su esposa Sonja (Kelly Reilly) —maestra y gerente de una oficina de Moreland Realty— y sus dos hijos, Cassie (Lane Styles) —de seis años— y Colton (Connor Corum), de cuatro años. En marzo de ese año, Colton estuvo al borde de la muerte durante una operación por apendicitis aguda. 

 

   Meses después, ya felizmente recuperado, el niño comenzó a hablar con total naturalidad y seguridad sobre la visita al cielo que, según él, había realizado en ese tiempo en el que la vida se le escapaba y sus padres rezaban angustiados pidiendo su curación. 

 

   Recordó así sus sencillas conversaciones con Jesús, con los ángeles, con su bisabuelo Pop —muerto desde hacía 30 años—, con una hermanita sin nombre a la que su madre perdió en el segundo mes de embarazo… Las espontáneas relevaciones de Colton pusieron a prueba la fe de sus padres y dividieron a la pequeña comunidad en que vivían.

 

   Guionista de “Braveheart” y “Pearl Harbor”, y director de “El hombre de la máscara de hierro”, “Cuando éramos soldados” y “Secretariat”, el estadounidense Randall Wallace trata con sumo respeto ese fascinante material narrativo, procurando ser muy fiel a los hechos descritos en el libro y, sobre todo, a la apabullante veracidad de las impactantes revelaciones del pequeño Colton. 

 

   En general, Wallace logra esos objetivos, generando así unas cuantas escenas de gran intensidad emocional y religiosa, en las que se luce el magnífico reparto, sobre todo Greg Kinnear, el pequeño Connor Corum y el versátil Thomas Haden Church, sobre el que recaen los contrapuntos humorísticos.

 

   Sin embargo, la puesta en escena casi nunca pasa de correcta, resulta un tanto empalagosa en las recreaciones celestiales y, sobre todo, su retrato del pastor Todd Burpo es menos atractivo y profundo que el dibujado en el libro. Quizás para reforzar el dramatismo de la trama, Wallace carga un poco la mano en sus dudas de fe y en sus conflictos interiores, debilitando la solidez de sus convicciones cristianas. 

 

   Unas convicciones presentadas al directo y sentimental estilo “made in USA”, y desde la perspectiva metodista, lo que quizás irrite a los más cerebrales y decepcione a los católicos con formación, pues se obvian muchos temas fundamentales. De todas maneras, a pesar de sus carencias y excesos, la película ofrece respuestas sugerentes sobre el sentido del sufrimiento, la realidad del cielo y el infierno, la amorosa providencia divina, el inmenso poder de la oración, el valor del cariño familiar… Y, sobre todo, subraya la permanente vigencia de aquella máxima evangélica: “Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los Cielos”.(Cope  J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS