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El hobbit: Un viaje inesperado
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El hobbit: Un viaje inesperado

The Hobbit: an Unexpected Journey
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2013
Contenidos: Imágenes (algunas V)

Dirección: Peter Jackson. País: Nueva Zelanda. Año: 2012. Duración: 169 min. Género: Fantástico, aventuras. Interpretación: Martin Freeman (Bilbo Bolsón), Ian McKellen (Gandalf), Andy Serkis (Gollum), Cate Blanchett (Galadriel), Elijah Wood (Frodo Bolsón), James Nesbitt (Bofur), Lee Pace (rey Thranduil), Christopher Lee (Saruman), Ian Holm (Bilbo anciano), Hugo Weaving (Elrond), Richard Armitage (Thorin, Escudo de Roble), Ken Stott (Balin), Graham McTavish (Dwalin), William Kircher (Bifur), Stephen Hunter (Bombur), Dean O’Gorman (Fili), Aidan Turner (Kili), John Callen (Oin), Peter Hambleton (Gloin), Jed Brophy (Nori), Mark Hadlow (Dori), Adam Brown (Ori), Benedict Cumberbatch (El Nigromante). Guion: Peter Jackson, Philippa Boyens, Guillermo del Toro y Fran Walsh; basado en la novela de J.R.R. Tolkien. Producción: Peter Jackson, Carolynne Cunningham, Fran Walsh y Zane Weiner. Música: Howard Shore. Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Jabez Olssen. Diseño de producción: Dan Hennah. Vestuario: Ann Maskrey, Richard Taylor y Bob Buck. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en Nueva Zelanda: 12 Diciembre 2012. Estreno en España: 14 Diciembre 2012.

Reseña:

La aventura

   Bilbo Bolsón es un hobbit de la Comarca, que como todos los suyos ama la vida hogareña, las fiestas y los amigos, la paz y la tranquilidad. Pero un día llama a su puerta el mago Gandalf, que para Bilbo es sólo un recuerdo de la infancia, el tipo que organizaba en el solsticio de verano unos magníficos fuegos artificiales. Hombre sabio que escudriña en el interior de las personas, cree que Bilbo es justo el hombre que necesitan trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble, quienes, despojados tiempo atrás por el dragón Smaug y los trasgos de todo lo suyo, vagan sin poder llamar a ningún sitio su hogar. En efecto, los trece enanos planean viajar a la Montaña Solitaria para recuperar sus antiguas posesiones, actualmente en poder de Smaug.

   Se ha hecho esperar la adaptación de “El hobbit”, la primera obra de J.R.R. Tolkien. Si “El Señor de los Anillos” daba claramente para tres películas, e incluso para seis, se hacía necesario suprimir pasajes de la obra de Tolkien, aquí claramente la decisión de entregar tres filmes se antoja exagerada y descaradamente comercial, lo que obliga a estirar las escenas de acción, batallas muy espectaculares y bien rodadas, pero que apabullan. Ello más la invitación a personajes de “El Señor de los Anillos” que no aparecen en “El hobbit” de Tolkien, pero que aquí tienen su papel, medianamente justificado.

   Dicho lo anterior, y pese a que el film se hace largo, hay que reconocer que El hobbit: un viaje inesperado es, además de un gran espectáculo donde al carácter de cuento se le aplican proporciones épicas de gran “scope” en muchos pasajes, una película fiel a Tolkien en lo esencial. El amor por el hogar, dulce hogar; el perdón a los enemigos, mayor muestra de coraje que rebanarles el pescuezo; el heroísmo cotidiano y salido del corazón de los pequeños –¿o habría que decir “medianos”?–, de mayor valor que los combates vistosos guiados por la furia. Estos elementos conceden gran parte de su grandeza al film, al igual que los divertidos momentos humorísticos, bien trenzados. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

   Al margen de su versión en 48 fotogramas por segundo —sólo visible en pocos cines—, esta película depara pocas novedades narrativas y estéticas, y alarga en exceso su trama, al estilo de las versiones extendidas de la Trilogía del Anillo. Además, le cuesta arrancar, quizás porque Jackson ha querido perfilar con cierta intensidad los numerosos personajes protagonistas. En todo caso, a mitad de metraje el filme alcanza su velocidad de crucero, la mantiene hasta el abierto desenlace y depara entre medias brillantes secuencias intimistas y de acción, resueltas con espectaculares efectos visuales y un sobrio pero impactante 3D estereoscópico. En unas y otras brillan de nuevo los bellísimos paisajes neozelandeses, así como un esmerado trabajo de fotografía, ambientación y vestuario, que sumerge al espectador en el abigarrado universo fantástico de Tolkien.

   Todos los actores encarnan a sus personajes con convicción, aunque destaca claramente Martin Freeman, que da vida a Bilbo Bolsón con un amplio despliegue de recursos interpretativos. Él sostiene el eficaz humor que impregna toda la película —sobre todo en las secuencias iniciales y durante su espléndido duelo de acertijos con Gollum—, y él da entidad dramática y moral a las sencillas pero profundas reflexiones del guión en torno al ansiado calor del hogar, el heroísmo de las personas corrientes, el trabajo en equipo y la grandeza del perdón a los enemigos frente a la deshumanización de la venganza y el recurso gratuito a la violencia.Queda así otro apabullante espectáculo audiovisual, un poco estirado pero impresionante, que quizás adquiera una mayor entidad estética y dramática en sus dos continuaciones: “El hobbit: La desolación de Smaug” y “El hobbit: Partida y regreso”. (Cope J.J.M.)