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El hombre que nunca estuvo allí

El hombre que nunca estuvo allí

  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2003
Cine negro. Violencia. Fondo amoral. Mayores. Película poco convencional, como todas las de los hermanos Coen. Es un filme en blanco y negro que se sumerge en el género de cine “negrísimo”. Tiene un inicio sensacional, que promete mucho. El espectador espera una historia tremenda, aguda, profunda, trágica y seria, muy seria. Sin embargo, los Coen siempre rompen moldes y a partir de cierto momento abandonan el extraordinario relato de cine clásico y, sin perder la solemnidad formal, la película se enreda en una retahíla de divagaciones y sucesos, todos sorprendentes, imaginativos, mordaces, aparatosos, inquisitivos, geniales, si se quiere,...pero que rebajan muchos enteros el elevado nivel de los comienzos. La película, ambientada en el verano de 1949, trata de un peluquero llamado Ed (Billy Bob Thornton) que trabaja en una pequeña localidad del norte de California. Barbero a su pesar, se conforma como el perfecto hombre gris al que la vida ya no le aporta ninguna satisfacción. Pero la infidelidad de su mujer Doris (Frances McDormand) le brinda una oportunidad para encontrar lo que él piensa que le ayudará a cambiar: un asesinato sin remordimientos. El guión derrocha ingenio, inteligencia, vivacidad, pero quizá al espectador le hubiera gustado que la historia discurriese como en su primer tercio. Todas las reflexiones que el filme realiza –al menos las que tienen más fuerza y profundidad- podrían igualmente haberse efectuado si el siniestro relato hubiera continuado por el sendero trazado desde el principio. En este caso, a los Coen les ha faltado medida, contención en su disparatado y sobradamente conocido derroche de ingenio. Las interpretaciones son buenas. El valor ético de la película reside en el retrato del lado más oscuro de la persona humana cuando se desliza por la senda del mal. Su inconveniente reside en no dar ninguna referencia ética positiva, incluida la lejanía de Dios del personaje, que parece postiza y artificial en el final de la película. Todo ello parece hacerla desaconsejable para los jóvenes. Encantará probablemente a los amantes del cine negro.