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El laberinto del fauno

El laberinto del fauno

  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2007
  • Dirección: Guillermo del Toro
España/México/EE.UU CONTENIDOS: V+DF Dirección: Guillermo del Toro Guión: G. del Toro Fotografía: Guillermo Navarro Montaje: Bernat Vilaplana Música: Javier Navarrete Intérpretes: Sergi López, Maribel Verdú, Ivana Baquero, Alex Angulo, Ariadna Gil, Doug Jones, César Bea, Manuel Solo, Roger Casamayor Distribuidora: Warner El mexicano Guillermo del Toro acaba de cumplir 42 años, así que necesariamente tiene que hablar de oídas o de lecturas de la Guerra Civil Española, en la que se sitúa la historia de su última película. Y sus lecturas y sus oídos han recogido una consigna: que los llamados nacionales son muy malos y que los llamados rojos son muy buenos. Las escenas de uno y otro lado están natural e inteligentemente alternadas, y confluyen en momentos bélicos o de otro tipo de tensión dramática. Manda la guarnición un capitán. Y éstas son palabras de Del Toro: "Alguien que encarna lo peor, el fascismo, el franquismo, el pensamiento único, la inexistencia del individuo, alguien que no despierta la compasión, aunque haya tenido una infancia difícil". Sergi López, en una de sus mejores interpretaciones de un sádico y perturbado mental. De los maquis sólo conocemos a un torturado, el tartamudo; al hermano de Maribel Verdú, ama de llaves de la casa del capitán y como ella, infiltrado, el médico del pueblo que atiende a la señora (Ariadna Gil) del capitán, que va a dar a luz. La niña de doce años es hija del primer matrimonio de la señora. Y esta niña crea un tercer camino en el desarrollo de la historia: un mundo de fantasía, un refugio creado al que huye ante tanto odio y crueldad. Es el tercer camino, que corre paralelo, entrecruzado, interrumpido por cualquiera de los otros dos. "En la desobediencia de la niña hay un acto de inteligencia" -dice-. Pero también dicen, él y la película, que la fantasía no existe, que la obediencia de la derecha es un acto vacío, y la niña es de derechas, como su madre... "Más allá de la Guerra Civil Española me interesaba fabular el tema de la desobediencia, de la imaginación, máxime en un momento en el que el péndulo se inclina a nivel mundial hacia la derecha". Puede entenderse que dice que es peligroso que la derecha aumente, y más que desobedezca (no sé en qué ha consistido esa fabulación. ¿En esto?: Cuando la niña agoniza como una mártir, imagina -Del Toro dice que ha fabulado sobre la imaginación- que ha merecido ser llevada ante el altísimo trono de...). Pero una voz en off nos recuerda que la imaginación no existe, que lo imaginado no existe, que el altísimo trono de Dios Padre no existe. Y la voz en off sigue diciendo que la niña bajó al oscuro abismo de su padre donde... ¡Cielos, cuánta complicación y retorcimiento! La película está bien hecha e interpretada, pero te deja tan reconocido y satisfecho como después de haber asistido a las fiestas y ceremonias de la terca repetición y del odio y de la cerrazón. Se percibe el empacho mental y la falta de hondura de un director de cine de aventuras, monstruos y sótanos que se vuelve elemental y maniqueo cuando se separa de la casi siempre simplista lógica del cómic. (Filasiete / ER-AG Almudí)