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El niño pez

El niño pez

El niño pez
Contenido V (algunas imágenes), X (varias escenas), D (varios diálogos), F (lesbianismo, incesto, pederastia, asesinato)

Reseña:

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Dirección: Lucía Puenzo
Intérpretes: Inés Efron, Mariela Vitale, Carlos Bardem, Pep Munné, Diego Velázquez, Arnaldo André, Julián Doregger.
Argumento: Lucía Puenzo (novela)
Guión: Lucía Puenzo
Música: Andrés Goldstein, Daniel Tarrab, Laura Zisman
Fotografía: Rolo Pulpeiro
Distribuye en Cine: Nirvana
Duración: 90 min.
Género: Thriller, Drama

Ahogarse 

    Historia contada en dos tiempos, algo no evidente al inicio, lo que introduce un poquito de confusión al film que Lucía Puenzo concibe a partir de su propia novela. Lala, una adolescente, huye en autobús de Argentina rumbo a Paraguay, su destino es un pueblo a orillas del lago Ypoá, donde debe reunirse con la criada de su casa, la Guayi, una veinteañera. 

    Esta narración se alterna con la vida burguesa de Lala en su casa familiar, donde el padre es un juez. Pronto sabemos que el juez ha sido asesinado y que la huida de Lala tiene que ver con eso. Lo que no están claras son las circunstancias de la muerte, aunque enseguida se conoce la relación lésbica que mantenían Lala y la Guayi. 

    A Lucía Puenzo le gustan las historias truculentas, algo que ya probó en su anterior film XXY, acerca de un hermafrodita y las dudas sobre su identidad sexual. Si alguien pensó que la truculencia alcanzaba su grado máximo en aquel título, andaba muy equivocado, como se encarga de demostrar esta película. En efecto, El niño pez logra conjugar en poco menos de hora y media lesbianismo, incesto, pederestia y asesinato, con una adolescente como protagonista. 

    La leyenda del niño pez, simbolizada en una figurita de lo que se diría un niño Jesús asexuado, se mete con calzador, para dar a la película una imposible atmósfera mágica, cuando lo que domina es un aire malsana irrespirable. 

    Puenzo sabe dirigir, arma bien la trama, y disimula lo artificioso del conjunto. Asegura la cineasta que lo que le interesa es "el recorrido emocional", y a eso se dedica, a entregar emociones fuertes de angustia y confusión, a jugar con secretos y revelaciones bien ocultos, y que es difícil que interesen al espectador corriente. Resulta muy discutible la tesis de fondo, donde parecen contraponerse la familia convencional como marco que ahoga y reprime sentimientos, frente a un amor de dudosa autenticidad. 

    La cinta es un confuso e irritante dramón sobre las sórdidas experiencias sexuales -lésbicas e incestuosas- que vive con su criada, una adolescente bonaerense de buena familia. (Decine21 / Almudí JD-AC)