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El último exorcismo

El último exorcismo

The Last Exorcism
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2011
  • Dirección: Daniel Stamm

Contenidos: Imágenes (varias V), Diálogos (varios D), Ideas (crítica de la religión y sus ministros F)

Reseña:

Año de producción: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Daniel Stamm
Intérpretes: Patrick Fabian, Ashley Bell, Iris Bahr, Louis Herthum, Caleb Landry Jones, Tony Bentley, John Wright Jr., Shanna Forrestall
Guión: Huck Botko, Andrew Gurland
Música: Nathan Barr
Fotografía: Zoltan Honti
Distribuye en Cine: Aurum
Duración: 87 min.
Género: Terror

El exorcista ateo
Una película de exorcismos sin Dios, sin diablo, sin sacerdote.

   Desde El exorcista, de William Friedkin, el tema de la posesión diabólica ha dado mucho de sí en el cine de terror. Cotton Marcus, que se hizo predicador evangélico siguiendo los pasos de su padre, es un hombre descreído que en el pasado ha practicado numerosos exorcismos. Si bien es un farsante que prepara sus actuaciones como si fueran un espectáculo, cree que ha realizado un servicio a aquellos que sí creían, y que han podido curarse gracias a él. Cuando está a punto de retirarse, decide contar la verdad en un documental, así que la cámara le filmará durante su visita a la hija de un granjero que ha sido poseída en una localidad remota. Cotton no se espera que el caso va a ser mucho más complicado de lo que pensaba.

   Filmada como un documental, cámara en mano produce una inusitada sensación de realidad, por lo que las partes terroríficas acaban resultando efectivas, a excepción de algún añadido infográfico innecesario que nos recuerda que lo que vemos es una película de ficción.

   La historia está bien desarrollada, por lo que se sigue con interés, y los actores son estupendos, a pesar de que se han escogido rostros desconocidos para aumentar la sensación de estar frente a un documental.  Aunque se trata de un mero entretenimiento sin pretensiones, lo cierto es que ofrece una versión de la religión muy ofuscada y negativa. El reverendo protagonista tiene buen fondo, pero es un embaucador, aparece un pastor que acaba resultando un completo cínico, y el padre de la niña poseída es un intransigente ultrarreligioso, cerrado de mente y anclado en la Edad Media (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS