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Ella es el partido
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Ella es el partido

Leatherheads
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2008
  • Dirección: George Clooney
Año de producción: 2008
País: EE.UU.
Dirección: George Clooney
Intérpretes: George Clooney, Renée Zellweger, John Krasinski, Jonathan Pryce, Stephen Root, Wayne Duvall, Keith Loneker, Peter Gerety.
Guión: Duncan Brantley, Rick Reilly
Música: Randy Newman
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 114 min.
Género: Comedia, Deportivo, Romántico

Ha nacido una estrella 

    El actor George Clooney cambia radicalmente de registro en su tercera película detrás las cámaras, después de la vitriólica y oscura Confesiones de una mente peligrosa, y de la excelente Buenas noches, y buena suerte, de marcado contenido ideológico. 

    Aquí todo es fresco y desopilante y da la sensación de que Clooney se lo ha pasado en grande rodando esta comedia romántico-deportivo-costumbrista, que ensalza los gloriosos y despreocupados años veinte en Estados Unidos, que coinciden con el nacimiento de la Liga Profesional de Fútbol americano. 

    Estamos en 1925, una época de libertad, llena de oportunidades y donde apenas hay reglas en la sociedad, ni siquiera en el deporte. El fútbol profesional es muy minoritario y genera muy pocos ingresos, por lo que sus horas están contadas. El jugador Dodge Connolly es el líder de los Duluth Bulldogs, un equipillo de cuarentones, obligado a abandonar el deporte cuando el patrocinador decide retirar su inversión. 

    Por el contrario, en la universidad el fútbol vive un momento de esplendor gracias a la aparición del joven y apuesto Carter "Bala" Rutherford, una gran estrella que además ha visto cómo su celebridad llegaba a lo más alto tras convertirse en héroe de la Primera Guerra Mundial. 

    Sin embargo, la historia heroica del soldadito puede no ser tan heroica y la ambiciosa y atractiva periodista Lexie Littleton está dispuesta a descubrir la verdad mientras se camela a Rutherford. Entretanto, Dodge ve la oportunidad de hacer dinero y de salvar el fútbol profesional con la explosión mediática de una celebridad como Rutherford, pues se da cuanta de que la gente pagará mucho dinero para verle. 

    Lo mejor de la película es la química que desprenden George Clooney y Renée Zellweger, que demuestran ser dos comediantes de altura. Ambos le sacan partido a esa gran complicidad, apoyados en unos excelentes diálogos, muy divertidos e inteligentes, llenos de réplicas agudas y ocurrentes, al estilo de la "screwball comedy" de los años 30 y 40. 

    Clooney explota su lado más seductor y cómico, un tipo de personaje que verdaderamente borda y que bien podría ser deudor de los que ya ofreció en las "coenianas" Crueldad intolerable y O Brother!. Y la Zellweger demuestra que le sientan muy bien las damiselas de época y de los sombreritos de plumas, perfectas para dar rienda suelta a su colección de mohines picarones y su rostro de manzanita madura.
 
    Frente a ellos es inevitable que el tercero en discordia -Rutherford, interpretado por John Krasinski- quede un poco desamparado. De hecho, el film acusa que su personaje esté poco trabajado y que la rivalidad entre los dos jugadores de fútbol no acabe de funcionar del todo. En este sentido, la historia va de más a menos. 

    La película sirve para ofrecer una idea de cómo surgieron las ligas profesionales en América y de cómo las estrellas se fueron convirtiendo en reclamos de algo que muy pronto dejaría de ser un entretenimiento deportivo ('no rules', sin reglas) para convertirse en una industria, con su publicidad, sus representantes y sus contratos millonarios, y todo supervisado directamente por el Estado. 

    Clooney critica esta visión "regulada" del deporte con mucho humor, sobre todo en el partido final. En cuanto al aspecto formal, destaca la preciosa fotografía de Newton Thomas Sigel. Hay una visión idílica de la época, que Clooney acentúa con profusión de tonos ocres, otoñales, llenos de bucolismo. Por otro lado, la puesta en escena es excelente, en especial en las tomas de tono pastel en los bares nocturnos -estamos en plena prohibición-, con peleas al más puro estilo del Oeste. 

    A la vez todo desprende un aire muy ligero, casi de vodevil, y por momentos uno puede creerse en un film de Woody Allen, con el jazz sonando por doquier. La despiporrante huida de la policía es un genial ejemplo de esta atmósfera cómica, que incluso puede llegar a recordar a los gags del cine mudo. 

    Clooney ha rodado la historia con las maneras de una screwball comedy y, dentro de ellas, con el singularísimo tono de dos obras maestras: His Girl Friday (Howard Hawks, 1940) y Los viajes de Sullivan (Preston Sturges, 1941). 

    Diálogos ingeniosos y chispeantes, imaginativos enredos, situaciones de divertida tensión salpicadas de una sutil crítica a las miserias del capitalismo liberal, guerra de sexos, slapstick (humor visual que saca partido a la puesta en escena) y un romanticismo con más sal que azúcar se dan cita en una película elegante y pausada, de una factura impecable, magníficamente interpretada por Clooney y Zellweger, que recuerdan el carisma de aquellas memorables parejas, Cary Grant y Rosalind Russell, Joel McCrea yVeronica Lake. Imágenes (S): 58'28'' a 59'04''. (Decine21 / Almudí JD-AC)