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Encierro: Bull Running in Pamplona
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2013
  • Dirección: Olivier van der Zee
Contenidos: ---

Director y guionista: Olivier van der Zee. Holanda-España. 2013. Documental. 80 min. 

Reseña:

   Después de dirigir el notable documental “778 - La Chanson de Roland”, el holandés afincado en Pamplona Olivier van der Zee se sumerge en los mundialmente famosos encierros de toros bravos de su ciudad, que marcan las populares fiestas de San Fermín y reúnen todos los años, del 7 al 14 de julio, a las ocho en punto de la mañana, a miles de personas en la capital Navarra. Se trata de un evento muy peligroso, de tres minutos taquicárdicos y angustiosos, de pura adrenalina, en el que cientos de corredores, sin recibir premio alguno y casi sin espacio, conducen una manada de toros y cabestros de hasta 600 kilos a lo largo de 850 metros por angostas callejas de adoquines, desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de toros de la ciudad. Esta estampida de toros causa cada año cientos de heridos y, a veces, algún muerto, un total de 16 durante el siglo XX.

   Van der Zee articula su documental a través de las entrevistas directas y jugosas a seis veteranos corredores de los encierros —Miguel Ángel Eguiluz, Paco Sánchez, Miguel Reta, Joe Distler, Noel Chandler y Julen Madina—, a Javier Solano —durante 22 años, voz de las retransmisiones de los encierros de Pamplona en TVE— y a José Antonio Jimeno, padre de Daniel Jimeno, el último fallecido durante un encierro. Ellos ofrecen su personalísima visión de esta fiesta, y comentan sus motivaciones y sensaciones con pasión y sinceridad, mostrando sus cicatrices y reconociendo el cierto carácter adictivo de cada carrera. Todo ello se ilustra con valiosas imágenes de archivo de encierros más o menos antiguos y, sobre todo, de varios encierros de 2012, muy bien sonorizados y maravillosamente filmados por Enrique Urdánoz con cámaras de Alta Velocidad 3D, una de ella, suspendida de un cable de 270 metros por el centro de la calle Estafeta. Así, se elevan a cotas insospechadas la espectacularidad, la tensión y la emoción de las imágenes, que conjugan de un modo paradójico la violencia espeluznante con la belleza más pura del señorío de la inteligencia sobre la fuerza bruta.(Cope  J. J. M.)