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Fin

Fin

Fin
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2013
Contenidos: Imágenes (algunas V, alguna X), Ideas (nihilismo, ausencia de trascendencia F)

Dirección: Jorge Torregrossa. País: España. Año: 2012. Duración: 90 min. Género: Drama, ciencia-ficción. Interpretación: Maribel Verdú (Maribel), Daniel Grao (Félix), Clara Lago (Eva), Blanca Romero (Cova), Carmen Ruiz (Sara), Miquel Fernández (Sergio), Antonio Garrido (Rafa), Andrés Velencoso (Hugo), Eugenio Mira (el profeta). Guion: Jorge Guerricaechevarría y Sergio G. Sánchez; basado en la novela “Fin”, de David Monteagudo. Producción: Fernando Bovaira, Enrique L. Lavigne, Mercedes Gamero, Belén Atienza y Mikel Lejarza. Música: Lucio Godoy. Fotografía: José David Montero. Montaje: Carolina Martínez Urbina. Dirección artística: Isabel Viñuales. Vestuario: Irene Orts y Manolo Bonillo. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España. Estreno en España: 23 Noviembre 2012.

Reseña:

Las cosas del profeta

   Tras años sin verse, un grupo de amigos se reúne en una casa en la montaña durante el fin de semana. Parece que nada haya cambiado entre ellos, pero entre risas y anécdotas se oculta un turbio episodio del pasado que les sigue atormentando. De repente, un extraño incidente altera sus planes, quedando completamente aislados y sin posibilidad de comunicación con el exterior. Deciden salir y buscar ayuda, pero en el camino el grupo se irá desintegrando, mientras lo que parece un nuevo orden natural se impone ante sus atónitos ojos.

   Digno e incluso prometedor debut en el largometraje de Jorge Torregrossa. Fin es la adaptación de una novela de David Monteagudo. El planteamiento resultan inquietante, y se logra cierta atmósfera angustiosa, con una deuda clara al esquema de Diez negritos de Agatha Christie, o más recientemente, a la serie televisiva Perdidos. En Fin Torregrossa logra entregar escenas con gran poderío visual, como la de la estampida de cabras montesas. Pero hasta que esto llega, tenemos un prólogo algo convencional de reunión de amiguetes, que además ofrece un contraste chirriante con los pasajes más cercanos al final. De modo que algunos reproches e histerismos se antojan exagerados, da la impresión en tal sentido de que los actores, aún siendo adecuados a los personajes, no están suficientemente dirigidos, y en algún pasaje se pasan de rosca (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS

   El principal problema de “Fin” está en su guión, en el que demasiadas cosas quedan sin resolver, o no tienen justificación argumental. Además, en una cinta apocalíptica, la hondura antropológica de los conflictos es especialmente importante; una hondura que aquí se echa claramente de menos. Por otra parte, se trata de un apocalipsis que nada tiene que ver con el que el evangelista San Juan describió en la isla de Patmos: aunque lo que recrea Torregrossa no es un cataclismo natural, sino claramente sobrenatural, no hay en él asomo de verdadera trascendencia. Las cosas suceden porque sí. En ese sentido, es coherente la declaración de Eva: “Todo es muy sencillo: naces, vives, te mueres, y de ti no queda ni rastro”. Por eso, el conjunto es bastante nihilista a pesar de su tramposo final abierto y de que el personaje de Maribel se arrodilla en una iglesia para rezar por sus hijas.

   Pero hay más que decir. Cuando se afronta una cinta de ciencia ficción, el guión debe cuidar mínimamente aquellos aspectos relativos a la física o a la ciencia que van a dotar al argumento de cierta verosimilitud. En ese sentido, esta cinta está plagada de errores de bulto que la perjudican. Por ejemplo, el primer síntoma apocalíptico que descubre Félix, en una noche estrellada, es que ha desaparecido Sirio del firmamento. Pero el 10 de agosto, a las 12 de la noche, en España, no se puede ver Sirio. ¿No podían haber elegido cualquier otra estrella de verano? Además, si desapareciera de golpe una estrella de ese calibre, la reacción de Félix debería ser de absoluta alteración o pánico, y no de hilaridad como vemos en el filme. Otro detalle: si ya no funciona nada eléctrico, ¿cómo es posible que Félix y Eva naveguen procelosamente en un barco sin motor que lleva todas las velas plegadas? (Cope J. O.).