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G.I. Joe
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G.I. Joe

G.I. Joe: The Rise of Cobra
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2009
  • Dirección: Stephen Sommers
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Reseña:

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Dirección: Stephen Sommers
Intérpretes: Adewale Akinnuoye-Agbaje, Christopher Eccleston, Joseph Gordon-Levitt, Lee Byung-Hun, Sienna Miller, Rachel Nichols, Jonathan Pryce, Channing Tatum, Marlon Wayans, Dennis Quaid, Karolina Kurkova, Arnold Vosloo
Argumento: Michael Gordon (Historia), Stuart Beattie (Historia), Stephen Sommers (Historia)
Guión: Stuart Beattie, David Elliot, Paul Lovett
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Mitchell Amundsen
Distribuye en Cine: Paramount
Duración: 135 min.
Género: Acción, Ciencia ficción

Arma letal 

    Después de Transformers, Hasbro prosigue la aventura cinematográfica de llevar sus juguetes a la pantalla con G.I. Joe, basada en unos célebres muñecos de acción creados en 1964, y que eran como la versión masculina de la Barbie para las niñas. 

    El trío compuesto por Stuart Beattie, David Elliot y Paul Lovett, dirigidos por Stephen Sommers, el responsable de La momia, han imaginado una trama situada en un futuro no muy lejano, donde las fuerzas de élite internacionales -aunque lideradas por Estados Unidos, faltaría más- de los G.I. Joe se enfrentan a los villanos complicados con todo tipo de armas sofisticadas. 

    Y justamente McCullen es un supervillano, descendiente de un escocés que vendía armas en el siglo XVII a franceses y escoceses que luchaban entre sí; ha pasado el tiempo, y, 'de casta le viene al galgo', McCullen se dedica a la fabricación de armas. Y acaba de desarrollar para la OTAN un arma vírica que corroe el metal de modo alucinante. 

    Pero tiene trazado un plan maquiavélico para que esta peligrosa arma provoque el caos mundial, de modo que nazca un nuevo orden político internacional que pueda controlar personalmente. Por supuesto los intrépidos G.I. Joe, unos marines de lujo total dirigidos por el general Hawk, van a tener que impedirlo. 

    Sus mejores soldados -entre ellos Snake Eyes y Scarlett- pelearán de firme, respaldados por dos nuevos fichajes del grupo, Duke y Ripcord. Además, deben vérselas con dos secuaces de McCullen: Storm, el viejo enemigo de Snake Eyes, experto como él en artes marciales; y la Baronesa, una antigua novia de Duke. 

    Stephen Sommers entrega lo que se le pide: acción a raudales, explosiones, persecuciones, peleas, armas sofisticadas, adrenalina pura y dura. Casi no hay un sólo plano que carezca de algún tipo de efecto especial. Práctica en este terreno tiene el chico, pues su currículum peliculero va en la línea del cine de acción y aventuras, y aunque se le agradecería un poquito más de fuerza visual, hay que reconocer que trepidación no falta al film, aunque a veces puede llegar a ser cansino. 

    Cierto tipo de escenas las hemos visto mil veces, y aquí se entrega más de lo mismo; pero justo es señalar también que todo el tramo de la película que transcurre en París es tremendamente original, la imposible acción transcurre en pleno centro de la capital francesa, y junto a lugares emblemáticos, lo que da pie planos muy impactantes. 

    En cuanto a la trama, hay cierto esfuerzo en componer algo coherente, con múltiples personajes, que hasta arrastran pequeños traumas del pasado; quizá sean algo estereotipados -nadie debe esperar actuaciones de Oscar-, pero al menos presentan algún elemental rasgo definitorio. Y cuestiones como la venganza y la rivalidad, justifican al menos ciertas acciones. 

    El arranque, que se sitúa en el siglo XVII, se diría marca de fábrica de Sommers, piénsese en sus entregas de la La momia. Y se apuntan críticas a la industria armamentista -¿inspiración de Iron Man?- y a los peligros de la biotecnología, a lo que se suma una malévola broma final a cuento del presidente estadounidense. Mucha acción. Sin argumento. Ambiente futurista.(Decine21 / Almudí JLL-FG)