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Gett, el divorcio de Viviane Amsalem
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Gett, el divorcio de Viviane Amsalem

Gett, The Trial of Viviane Amsalem
  • Drama
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Es familiar
  • Año: 2015
  • Dirección: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz

Contenidos: Ideas (visión demoledora del matrimonio F)

Director y guion: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Montaje: Joel Alexis. Intérpretes: Simon Abkarian, Gabi Amrani, Dalia Beger.

Reseña: 

En Israel no existe ni el matrimonio ni el divorcio civil y sólo un rabino puede legitimar una unión o disolución. Pero el divorcio sólo es posible si el marido lo consiente, con lo que acaban teniendo más poder que los jueces.

Este es el panorama al que se enfrenta desde hace tres años Viviane Amsalem (Ronit Elkabetz). Ella quiere divorciarse de forma oficial para no ser considerada por la sociedad una marginada. Pero su marido Elisha (Simon Abkarian) no quiere aceptar el divorcio, mientra que Viviane lucha contra su dura intransigencia por algo que ella considera un derecho.

El ambiguo papel y relevancia de los jueces y la tragedia que esto genera en las vidas de las mujeres, muestran la absurda situación de los matrimonios israelíes y pondrá todo en tela de juicio.

Los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz escriben y dirigen conjuntamente este film, en el que ella es también protagonista, donde se dibuja cómo está en Israel legalmente el divorcio, y llama la atención la desigualdad, pues el hombre puede lograrlo sin dificultad, mientras que la mujer ha de lograr el acuerdo explícito del marido. Más allá de ofrecer una cinta didáctica o reivindicativa –que también estos rasgos están presentes–, los cineastas saben sobre todo dar a la situación entidad dramática, y así entregan una historia dinámica, a pesar de que todo transcurre siempre en interiores, casi siempre entre las paredes del tribunal donde debe verse el caso, lo que emparenta el resultado también con el teatro.

Cinta minimalista, rodada con escasos recursos económicos y de sobriedad espartana. Sin música y con narrativa de tono monocorde. A pesar de esto la película atrapa por poseer un guión muy bien escrito y unas soberbias interpretaciones. Su clave está en presentar una dura crítica a la cultura y religión envuelta en una investigación policiaca. (Almudí JD) Decine21: AQUÍ