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Happy family

Happy family

Happy family
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2014
  • Dirección: Gabriele Salvatores

Contenidos: Imágenes (alguna X), Ideas (amoralidad -muy complaciente con las drogas, el desamor conyugal, la ideología de género-, cerrada a la trascendencia F+)

Dirección: Gabriele Salvatores. País:ItaliaAño: 2010.Duración: 90 min. Género:ComediaInterpretación: Fabio De Luigi (Ezio), Alice Croci (Marta), Diego Abatantuono (padre de Marta), Fabrizio Bentivoglio (Vincenzo), Margherita Buy (Anna), Carla Signoris (made de Marta), Valeria Bilello (Caterina). Guion: Alessandro Genovesi y Gabriele Salvatores; basaddo en la obra de Alessandro Genovesi.Producción: Maurizio Totti. Música: Louis Siciliano. Fotografía: Italo Petriccione. Montaje:Massimo Fiocchi. Diseño de producción: Rita Rabassini. Vestuario: Patrizia Chericoni.Distribuidora:Paycom Multimedia. Estreno en Italia: 26 Marzo 2010. Estreno en España:7 Febrero.

Reseña:

   Cuatro años ha tardado en estrenarse en España esta singular película del irregular cineasta napolitanoGabriele Salvatores (“Mediterráneo”, “Amnesia”, “No tengo miedo”). En ella adapta la obra teatral del actor, director y escritor milanés Alessandro Genovesi, una especie de actualización en clave tragicómica de “Seis personajes en busca de autor”, la obra más famosa del dramaturgo siciliano Luigi Pirandello, ganador en 1934 del Premio Nobel de Literatura. Toda Italia, pues, de norte a sur y de este a oeste, está representada en este filme, cuyo guion ha sido escrito por los propios Genovesi y Salvatores.

 

   El protagonista es Ezio (Fabio De Luigi), de 38 años, soltero y rico, que vive cómodamente en Milán y sueña con ser guionista cinematográfico. Pero se atasca con su nuevo libreto, en torno a dos matrimonios de diferente clase social: por un lado, el prestigioso y gravemente enfermo abogado Vincenzo (Fabrizio Bentivoglio), y su insatisfecha mujer Anna (Margherita Buy); y por otro, un colgado y porrero vividor (Diego Abatantuono), y su irritable esposa (Carla Signoris). Sus destinos se cruzan cuando sus hijos de 16 años, Filippo (Gianmaria Biancuzzi) y Marta (Alice Croci), deciden casarse de inmediato. Después de que los mismos personajes sugieran a Ezio posibles desarrollos de sus historias, el propio guionista se introduce en ellas enamorándose perdidamente de Caterina (Valeria Bilello), la bella pero insegura hermana de Filippo.

 

   Salvatores despliega una vistosa y fresca puesta en escena, entre realista y onírica, fílmica y teatral a la vez, de sugerente ambientación y bella fotografía, en la que juega la baza del surrealismo al estilo del francés Jean-Pierre Jeunet en “Amelie”. Esta brillante opción estética se ve reforzada por la ecléctica banda sonora del también napolitano Louis Siciliano y, sobre todo, por el hábil aprovechamiento dramático de varias canciones espléndidas de Simon & Garfunkel. Por su parte, los sobresalientes actores que componen el reparto resuelven con soltura —siempre al límite de la sobreactuación declamativa— las singulares situaciones que protagonizan sus personajes, y salen más que airosos del desafío metaliterario —a veces, realmente divertido— de dirigirse al espectador mirando a cámara —hablan hasta los perros del filme— y de interaccionar con el creador de sus historias hasta obligarle, incluso, a cambiar el final de todas ellas.

   Por todo lo dicho, “Happy Family” debería ser una gran película. Pero no lo es porque el tratamiento que da a todos los conflictos dramáticos de los personajes está marcado por una llamativa falta de perspectiva moral —muy complaciente con las drogas, el desamor conyugal, la ideología de género…— y por una clamorosa cerrazón a cualquier manifestación de trascendencia religiosa, incluso al afrontar temas tan peliagudos como el desconcierto afectivo, la soledad, el sufrimiento o la muerte. Esta vacuidad interior devalúa muchísimo la indudable potencia exterior de la película, aleja a los personajes del espectador, resta autenticidad y capacidad emocional a la trama, y deja el conjunto en una superficial farsa rocambolesca de escaso interés, incluso en sus reflexiones aparentemente profundas sobre la creación artística.(Cope  J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS