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Hermosa juventud.

Hermosa juventud.

Hermosa juventud.

Contenidos: Imágenes (varias X+), Diálogos (varios D), Ideas (exhibicionismo sexual totalmente innecesario, pesimismo F)

Dirección: Jaime Rosales. Países:España y FranciaAño: 2014. Duración: 103 min. Género: Drama.Interpretación: Ingrid García-Jonsson (Natalia), Carlos Rodríguez(Carlos), Inma Nieto (Dolores), Fernando Barona (Raúl), Juanma Calderón (Pedro), Patricia Mendy (Rosa), Miguel Guardiola (Germán). Guion: Jaime Rosales y Enric Rufas. Producción:Jaime Rosales, José María Morales y Jérôme Dopffer. Música:Juan Gómez-Acebo. Fotografía: Pau Esteve Birba. Montaje: Lucía Casal. Dirección artística: Victoria Álvarez. Vestuario: Beatriz Robledo Puertas.Distribuidora: Wanda VisiónEstreno en España: 30 Mayo 2014.

Reseña:

   Tras darse a conocer con la inquietante “Las horas del día”, el barcelonés Jaime Rosales ganó con “La soledad” los Goya 2008 a mejor película, director y actor revelación (José Luis Torrijo). Después dividió a la crítica y ahuyentó al gran público con “Tiro en la cabeza” y “Sueño y silencio”. 

 

   Ahora presenta su película más comercial, “Hermosa juventud”, en la que transmite una visión muy desencantada de la crisis económica y social en España, similar a la que mostró Fernando León de Aranoa en “Barrio” y “Los lunes al sol”.

 

   Sus protagonistas son Natalia (Ingrid García Jonsson) y Carlos (Carlos Rodríguez), una pareja de enamorados veinteañeros, ambos sin estudios, que luchan por sobrevivir en un barrio del extrarradio de Madrid. Natalia vive con su divorciada madre Dolores (Inma Nieto), su hermano adolescente Pedro(Juanma Calderón) y otra hermana más pequeña. Y Carlos atiende como puede a su madre Rosa (Patricia Mendy), que está enferma y deprimida. 

 

   Los limitados recursos de ambos les impiden satisfacer sus deseos y ambiciones, no demasiado grandes, pues no albergan grandes esperanzas. Así que, para ganar algo de dinero, deciden rodar una película pornográfica amateur. Como fruto de ella, Natalia se queda embarazada, y llega así la pequeña Julia, que cambia las vidas de Natalia, Carlos y sus respectivas familias.

 

   Como siempre, Jaime Rosales ofrece una puesta en escena depurada, fragmentada y poco convencional, con predominio de las tomas cámara en mano y un recurso audaz al fuera de campo, a los encuadres inclinados y a largas transiciones sin música ni sonido, resueltas con ágiles pantallazos de ordenador que hilvanan vídeos caseros, fotos y mensajes escritos de todo tipo. 

 

   Además, en esta ocasión, su habitual despliegue formal se pone totalmente al servicio de las naturalísimas interpretaciones de todos los actores —sobre todo de Ingrid García Jonsson y Carlos Rodríguez—, que refuerzan el vigoroso hiperrealismo del conjunto.

 

   Sin embargo, esas indudables cualidades visuales e interpretativas se diluyen bastante en un guion demasiado convencional y fatalista en sus tramas secundarias, centradas en las familias y amigos de la pareja protagonista. Ciertamente, la ardua y sacrificada historia de amor entre Natalia y Carlos tiene vigor dramático y entidad moral, sobre todo por su positiva apertura a la vida frente a la tiránica cultura del aborto. 

 

   Pero no logra compensar plenamente la falta de contrapuntos optimistas de toda la película y, sobre todo, el artificioso y facilón desenlace pesimista, marcado además por un exhibicionismo sexual totalmente innecesario, al que Rosales también recurre en la experiencia porno del primer tercio del filme. Una pena, pues ha creado dos personajes muy entrañables y, para encarnarlos, ha descubierto a dos jóvenes intérpretes con carisma y gran proyección de futuro.(Cope  J. J. M.)