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La última isla

La última isla

La última isla.
  • Público apropiado: Todos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2013
  • Dirección: Dácil Pérez de Guzmán
Contenidos: ---

Dirección: Dácil Pérez de Guzmán. País: España. Año: 2012. Duración: 86 min. Género: Fantasía. Interpretación: Carmen Sánchez (Alicia), Julieta Serrano (Belinda), Antonio Dechent (Alpidio), Eduardo Velasco (Fermín / Fabián), Maite Sandoval (Elena), Xavier Boada (Mario), Virgina Ávila (Clara), Lucía Paredes (Mima), Pablo Paredes (Tomás). Guion: Lola Guerrero; basado en un argumento de Dácil Pérez de Guzmán. Producción ejecutiva: Arantxa Zunzunegui y Mario Moffa. Música: Juan Belda. Fotografía: Alberto López Palacios. Montaje: Manuel González Frasquiel. Dirección artística: Lajwanti Dodani. Vestuario: Ester Vaquero. Distribuidora: Splendor Films. Estreno en España: 17 Mayo 2013.

Reseña:

   Alicia (Carmen Sánchez) es una niña barcelonesa de 10 años, rebelde y caprichosa, cuyos padres la envían en verano a una remota isla canaria, al cuidado de su tía Belinda (Julieta Serrano), una curandera a la que no conoce y que tiene fama de bruja. Alicia comienza su aventura aburrida y disgustada, sin saber cómo divertirse en un lugar donde no hay ni televisión ni funcionan los móviles. Poco a poco irá descubriendo otra manera de ver el mundo, otra forma de utilizar la imaginación y de abrir la mente. Le ayudarán un amuleto protector, y Mima (Lucía Paredes) y Tomás (Pablo Paredes), los dos únicos niños que viven en el pueblo, hijos del atormentado y viudo Alpidio (Antonio Dechent). Y la rondará Fermín (Eduardo Velasco), un loco que a veces parece un niño y a veces un sabio, “gemelo simétrico” de Fabián (Eduardo Velasco), un geólogo que estudia la actividad volcánica en la otra punta de la isla.

   Con claros tintes autobiográficos y fuertes ecos de las aventuras de la Alicia de Lewis Carroll, esta fábula de descubrimiento y maduración padece un guión confuso en su paganismo mágico, una producción pobre de medios, varias interpretaciones mejorables y una banda sonora demasiado enfática, a cargo de Juan Belda. En su puesta en escena, la tinerfeña Dácil Pérez de Guzmán (“El camino de Víctor”, “Tebraa, retratos de mujeres saharauis”) se esfuerza en subrayar la agreste belleza de los paisajes de la isla de Hierro donde han rodado. Pero casi nunca logra darles aliento poético ni dramático, especialmente en los interludios surrealistas y oníricos, muy poco conseguidos.(Cope  J. J. M.)