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Mandela: Del mito al hombre
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Mandela: Del mito al hombre

Mandela: Long walk to freedom
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Justin Chadwick
Contenidos: Imágenes (algunas V; 12'08''-12'18'', 57'02''-57'20'', 76'18''-76'30'' S; 18'01''-18'13'', 28'20''-29'22'' X)


Dirección: Justin Chadwick. Países: Reino Unido y Sudáfrica. Año: 2013. Duración: 139 min. Género: Biopic, drama. Interpretación: Idris Elba (Nelson Mandela), Naomie Harris (Winnie Mandela), Tony Kgoroge (Walter Sisulu), Riaad Moosa (Ahmed Kathrada), Fana Mokoena (Govan Mbeki). Guion: William Nicholson. Producción: Anant Singh y David M. Thompson. Música: Alex Heffes. Fotografía: Lol Crawley. Montaje: Rick Russell. Diseño de producción: Johnny Breedt. Vestuario: Dianna Cilliers y Ruy Filipe. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en Reino Unido: 3 Enero 2014. Estreno en España: 17 Enero 2014.

Reseña:

   Un primer aliciente de este biopic del famoso líder sudafricano Nelson Mandela —fallecido en Johannesburgo el pasado 5 de diciembre de 2013— es que se basa en su autobiografía “Un largo camino hacia la libertad” (“Long Walk to Freedom”), publicada en 1994, nada más convertirse en presidente de la República, cargo en el que se mantuvo hasta 1999. En 2009, Mandela concedió personalmente sus derechos para el cine al productor sudafricano Anant Singh, que encargó su adaptación al prestigioso guionista inglés William Nicholson, autor de los libretos de películas de época tan relevantes como “Tierras de penumbra”, “Gladiator” o “Los miserables: el musical”. Y su sólido trabajo lo ha traducido en imágenes su compatriota Justin Chadwick, premiado realizador televisivo que dio el salto al cine con “Las hermanas Bolena” (2008) y “The First Grader” (2010).

   La película se inicia con un breve prólogo en torno a la infancia y adolescencia de Nelson Rolihlahla Mandela en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata, en el Transkei, perteneciente al clan Madiba de la etnia xhosa, con cuya casa real estaba emparentado. Y, después, a través de una ágil y vigorosa estructura lineal, la película sintetiza el ejercicio de la abogacía por Mandela (Idris Elba), su matrimonio con Evelyn Mase (Terry Pheto), su afiliación al Congreso Nacional Africano (CNA) en 1950, su segundo matrimonio con Winnie Madikizela (Naomie Harris), su participación en diversos atentados contra el apartheid y su condena a cadena perpetua en 1961 por sabotaje.

   Con la recreación de los 27 años que Mandela pasó en las prisiones de la Isla de Robben y Pollsmoor, la película adquiere un tinte más político, al describir en paralelo la evolución de Mandela hacia el pacifismo y la negociación, y la radicalización de su esposa Winnie en su lucha violenta contra los afrikaners y los propios negros colaboracionistas, a través de los tristemente famosos “collares de fuego”, que la película no deja de mostrar. Tras años de dura segregación racial y constantes enfrentamientos armados, la llegada a la presidencia sudafricana del pragmático Frederik Willem de Klerk (Gys de Villiers), en 1989, supuso el comienzo del fin del apartheid, preparado a través de diversas negociaciones secretas con Mandela, y culminado con su liberación en 1990, la derogación de las leyes segregacionistas, la legalización del CNA, la aprobación de una nueva Constitución no racista y el acuerdo entre ambos líderes para establecer un gobierno de transición.

   Justin Chadwick recrean todo este rico material sin estridencias formales, a través de una puesta en escena muy clásica, nítida en su planificación, de alto nivel emocional y que se apoya muy bien en la esmerada ambientación de Johnny Breedt, la preciosa fotografía de Lol Crawley, el fluido montaje de Rick Russell y la sugerente partitura de Alex Heffes —que ha optado a los Globos de Oro—, completada por una buena selección de canciones africanas tradicionales y modernas. También brilla Chadwick en la dirección de actores, especialmente respecto a la matizada interpretación del londinense Idris Elba (“The Wire”, “Luther”), que refleja con gran veracidad las grandezas de Mandela sin ocultar sus miserias, por ejemplo en sus años de lucha armada o en su conflictiva relación con sus esposas. Por eso resulta justa su nominación al Globo de Oro al mejor actor dramático, que puede culminar con su candidatura al Oscar.

   Elogio especial merece el tono ponderado de la película, en general hagiográfico respecto a Mandela, pero que no oculta sus propios excesos, los de Winnie Mandela y los del CNA, aunque obvia la inspiración comunista de esta organización. Esta moderación refuerza la humanidad de los personajes, también los afrikaners, que son dibujados sin caer en la caricatura gruesa. El filme incluye crudos pasajes de violencia y algún apunte sexual demasiado explícito; pero no carga la mano ni en un punto ni en otro. Queda así una notable producción histórica, de sólida factura formal, narrativa e interpretativa, y enriquecedora en su decidida exaltación del perdón, la reconciliación y la paz. Quizá no logre meterse entre las favoritas a los Oscar, pero podría ganar el Premios BAFTA a la mejor película británica. Y, desde luego, cabe aplaudir el Globo de Oro a la mejor canción que ha ganado “Ordinary Love”, de U2, su excelente tema de los créditos finales, ahora también candidato al Oscar.(Cope J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS