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Matterhorn

Matterhorn

Matterhorn
  • Público apropiado: Adultos con reparos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2014
  • Dirección: Diederik Ebbinge

Contenidos: Imágenes (algunas X), Ideas (Antropología relativista y maniquea, que se pone al servicio de la propaganda de la ideología de género y de la crítica al calvinismo y a la moral cristiana F)

Director y guionista: Diederik Ebbinge. Intérpretes: René van ‘t Hof, Ton Kas, Ko Aerts, Kees Alberts, Lucas Dijker, Porgy Franssen, Alex Klaasen, Elise Schaap, Ariane Schluter, Sieger Sloot, Michel Sluysmans, Helmert Woudenberg. Holanda. 2013. Tragicomedia. 87 min

Reseña:

   El cuadriculado y taciturno Fred (Ton Kas) es un devoto viudo calvinista, que lleva una vida respetable y aburrida desde que expulsó de casa a su único hijo, no se sabe por qué. Un día llega a su pequeña localidad Theo (René van ‘t Hof), un callado vagabundo que parece tener una edad mental de cinco años. 

   Con caridad cristiana, Fred acoge en su casa a Theo, e intenta integrarlo en su rutinaria vida cotidiana, disfrutando de nuevo de una cierta “paternidad”. Pero enseguida el envidioso sacristán Johan (Kees Alberts) y otros miembros de la puritana comunidad comienzan a cuestionar la moralidad de la relación entre Fred y Theo, sobre todo desde que oyen decir a éste que va a casarse con Fred. La tensa situación hará emerger los secretos y remordimientos más oscuros de ambos hombres.

   Premio Pilar Miro al mejor nuevo director en la Seminci de Valladolid 2013, este primer largometraje tras la cámara del actor holandés Diederik Ebbinge toma su título del nombre en alemán del Cervino, la imponente cumbre de los Alpes suizos. Formalmente, el filme se ajusta a los parámetros del cine del finlandés Aki Kaurismäki, con su singular tono tragicómico, su estética entre naïf y surrealista, sus escasos y lacónicos diálogos, y sus interpretaciones más bien inexpresivas. En este sentido, tiene un cierto interés la puesta en escena que despliega Ebbinge, muy bien envuelta por la bellísima música deBach.

   Sin embargo, el holandés se distancia del finlandés en el tratamiento de fondo de la historia, dominado aquí por una antropología más bien relativista y maniquea, que se pone al servicio de la propaganda menos sutil de la ideología de género y de la crítica al calvinismo y, por extensión, a la moral cristiana. En este último apartado, la película incluye una irritante galería de toscas caricaturas, que enturbian mucho su supuesta exaltación de la tolerancia y la solidaridad.(Cope J. J. M.)