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Medidas extraordinarias
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Medidas extraordinarias

Extraordinary Measures
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2010
  • Dirección: Tom Vaughan
Contenidos: ---

Reseña:

Año de producción: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Tom Vaughan
Intérpretes: Harrison Ford, Brendan Fraser, Keri Russell, Courtney B. Vance, Dee Wallace, Jared Harris, Patrick Bauchau, Lily Mariye, Jeanine Jackson
Argumento: Geeta Anand (libro)
Guión: Robert Nelson Jacobs
Música: Alex Wurman
Fotografía: Andrew Dunn
Distribuye en Cine: Sony
Duración: 105 min.
Género: Drama

Una enzima para mis hijos 

    John Crowley, de clase obrera en sus orígenes, había conseguido finalmente saborear el éxito en el mundo empresarial americano. Apoyado por su bella esposa Aileen y sus tres hijos, John inicia su carrera hacia el éxito. Pero cuando comienza a despegar, se ve obligado a detenerla al enterarse de que a sus dos hijos pequeños, Megan y Patrick, se les ha diagnosticado una enfermedad incurable. 

    Con su mujer siempre a su lado, John se asocia con un científico brillante pero poco convencional, el Dr. Robert Stonehill. Conducidos por diferentes razones, juntos crean una compañía biotécnica , donde, por un lado, uno quiere encontrar la cura que salve la vida de sus hijos, mientras el otro busca conseguir probarse a sí mismo y sus teorías científicas. Esta extraña alianza termina desembocando en un respeto mutuo, mientras luchan contra el sistema médico y empresarial.

    Basada en hechos reales, la cinta exalta el cariño familiar frente a la fría maquinaria de la sanidad pública y la industria farmacéutica, movidas a veces por turbios intereses políticos o comerciales. Sin embargo, se nota con frecuencia su destino eminentemente televisivo.  De todas formas, es una película ágil y emotiva que exalta la primacía de la iniciativa familiar y la dignidad de cualquier enfermo.
(Almudí JD)

    La película recuerda a títulos como El aceite de la vida. Supone un desafío para el director de la comedia Algo pasa en Las Vegas, Tom Vaughan, que cambia de registro para sumergirse en un drama lacrimógeno. El resultado es correcto, logra atrapar la preocupación de unos padres por la salud de sus hijos. 

    La narración es de agradecible clasicismo. También hay realismo en la forma de dibujar el funcionamiento de una empresa de investigación, donde la eficiencia colisiona con la humanidad, necesaria en cualquier ocupación laboral; aquí se presentan interesantes conflictos, que sin duda invitan al debate sobre el necesario "rostro humano" en el trabajo, ver personas y no sólo números, resultados. (Decine21)
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