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Morirás en 3 días

Morirás en 3 días

In 3 Tagen bist du tot
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2007
  • Dirección: Andreas Prochaska
Dirección: Andreas Prochaska
Intérpretes: Sabrina Reiter, Julia Rosa Stöckl, Laurence Rupp, Nadja Vogel, Michael Steinocher, Julian Sharp, Karl Fischer.
Guión: Thomas Baum, Andreas Prochaska
Música: Matthias Weber
Fotografía: David Slama
Distribuye en Cine: Vértigo
Duración: 97 min.
Género: Terror

Quien avisa no es traidor 

    Comienza la película y huele a The Hole, con una joven ensangrentada y desorientada escapando como puede del peligro. Poco después el olor lleva a Sé lo que hicisteis el último verano, con una graduación académica y su posterior celebración alcohólica en un coche. El aroma alcanza a The Ring, con mensaje a móvil avisando de cuándo morirán los protagonistas. 

    Aún así, la película no es tan típica como parece. Los protagonistas son cinco jóvenes que reciben unos mensajes que les avisan de que morirán en tres días. Lo que puede parecer un broma acaba tomando otro cariz cuando empiezan a aparecer los cadáveres de algunos de ellos asesinados salvajemente. Los que aún viven sólo tienen una oportunidad de salvarse, encontrar al asesino. 

    Como se ve, los “típicos tópicos” de película de terror de adolescentes están presentes, pero Morirás en 3 días tiene realmente poco que ver con su prima americana, Sé lo que hicisteis el último verano. El gran acierto de la película, además de que el guión sabe mezclar estos elementos típicos con algunos más novedosos, es el tratamiento de la historia. 

    Lejos de la ligereza propia de los títulos de este subgénero, el director austriaco Andreas Prochaska sabe crear una atmósfera opresiva cercana al thriller, que ayuda a que la sensación de angustia y miedo no venga sólo por sustos puntuales, sino por el clima de inseguridad. 

    A esto ayudan notablemente los jóvenes protagonistas –especialmente Sabrina Reiter– que consiguen hacer creíble el sufrimiento que están pasando. Y es que una mirada puede trasmitir más terror que un grito estridente, elemento esencial de este tipo de títulos. Quizás lo más flojo sean los motivos del asesino, que resultan algo vistos, aunque, por otro lado, también se puede interpretar como un mero McGuffin sobre el que montar la historia. (decine21 / Almudí)