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Obra 67

Obra 67

Obra 67
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2014
  • Dirección: David Sainz
Contenidos: Imágenes (varias V, X), Diálogos (varios D)

Director y guionista: David Sainz. Intérpretes: Antonio Dechent, Álvaro Pérez, Jacinto Bobo, Daniel Mantero, Ken Appledorn, Ricardo Mena Rosado. España. 2013. Thiller. 108 min

Reseña:

   Después de veinte años encarcelado, el célebre ladrón de chalets Juan “El Candela” (Antonio Dechent) sale de prisión y se reúne con su hijo Juan “El Chispa” (Álvaro Pérez) y su amigo Cristo (Jacinto Bobo). “El Candela” intenta adaptarse al cambiadísimo mundo con el que se encuentra, al tiempo que se entrevista varias veces con Mario (Ricardo Mena Rosado), un famoso actor, director y productor que pretende llevar su vida al cine. Mientras tanto, “El Chispa” planea robar al estilo de su padre un chalet supuestamente deshabitado, e involucra a Cristo en el intento con la promesa de alcanzar su sueño común de montar un grupo musical de hip-hop. Pero el asalto no sale para nada como ellos habían planeado.

   El canario afincado en Sevilla David Sainz se dio a conocer en 2008 como director, guionista y actor de “Malviviendo”, una de las webseries españolas de mayor éxito, con más de 38 millones de reproducciones y un centenar de premios nacionales e internacionales. Ahora debuta en el largometraje con “Obra 67”, un modesto pero ambicioso thriller, en el que adapta a la realidad española —y, en concreto, andaluza— un empleo de los diálogos, un tono tragicómico y un explícito tratamiento de la violencia muy al estilo de Quentin Tarantino. Esta opción le permite llevar la película desde un descarnado y divertido costumbrismo a una sórdida y malsana atmósfera de terror, similar a la que desarrolló Alejando Aménabar en “Tesis”, su primer largometraje.

   El filme se sostiene gracias a unas interpretaciones de gran veracidad, tanto de los jóvenes Álvaro Pérez y Jacinto Bobo, como del veterano Antonio Dechent, que confirma una vez más su versatilidad. Sin embargo, Sainz nunca se acerca en su hiperrealista puesta en escena a la potencia visual de Tarantino o Almodóvar. Y, además, sus esfuerzos y los del reparto casi nunca logran compensar del todo las evidentes fracturas narrativas de la película, ni su falta de originalidad narrativa y formal, ni su tono grosero e hiperviolento.(Cope J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS

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